La arena totalmente cambiada, ahora era un circulito algo pequeño comparado con las hectareas totales que era el estadio, todo lo demas rodeado completamente por agua, confundiendo a todos los espectadores tanto divinos como mortales.
El tercer combate estaba por comenzar y el rubio estaba preparado para salir a matar, mientras el tiempo pasaba mas el sentimiento amargo de la ira amenazaba por consumir por completo su pecho que a simple vista se veía de porcelana. Ya que recordaba cada vez mas todo lo que ella los defendia, todo lo que ella los protegia, todo lo que ella los amaba.
Estaban sentados ambos en el trono duro del rubio, ella sentaba en lo mas alto de la cabezara de dicho asiento, con las piernas casi tocando el firme hombro derecho del hombre.
- De nuevo. - murmuró molesto, comenzando a mover las mareas violentamente, de manera inconsiente automatica.
- Calmate querido - dijo suavemente, bajando a su regaso para acariciarle el rostro angelical -, calma, amor mio...
Los humanos habian soltado mas contaminación a las aguas saladas protegidas por Poseidon, causando su ira y proximamente un maremoto o un posible e intevitable -casi- Tsunami. Tipica naturaleza humana, siendo clasificados principalmente como mamiferos.
Sin embargo, varios seres que tienen uso de razón, de razamiento, en este caso humanos y dioses; tienen clara hoy en dia una cosa, los humanos no son realmente mamiferos.
Los mamiferos por instinto crean un equilibrio y/o valance natural con el entorno a su alrededor, en cambio los humanos se instalan en una zona, se multiplican y multiplican hasta que agotan todos los recursos naturales, y el unico recurso para sobrevivir es transportarse a otra aréa.
Hay solo un organismo en el cosmos, aunque no lo crean, que sigue el mismo patrón. El virus.
La mayoria de Deidades masculinas y algunas femenimas tenian aquello tan claro como la misma agua, pero hay una pequeña parte que un no, y ella era una de ellas, que aun tenia la esperanza de que la humanidad podia cambiar, que podia mejorar.
- ¿Por qué no me permites ahogarlos? - pregunto mirandola a los ojos, hundiendose en sus dulces y suaves caricias.
- Cariño, no creo que sea necesario... - dijo suave, mirandolo dulcemente - ¿Si?.
Suspiro frunciendo el ceño, cerrando los ojos y atrapando en sus fuertes, gruesos, musculosos, firmes brazos que se miraban como la misma brillante porcelana; abrazandola firmemente y empezando a repartir diminutos besos en el frajil rostro, generando un tierno sonrojo.
Gracias a Zeus, ironicamente, estaban completamente solos en por lo menos en unas tres horas, asi que podria mostrarle su cariño a su adorada, que reia suavemente ante los toques dulces de los finos labios de su marido, los cuales empezo a acariciar con sus delicados pulgares.
Se quedaron mirando en completo y cómodo silencio, en un abrazo cálido y amoroso, le tomo las pálidas mejillas y junto sus labios con los opuestos, besandolo y mostrando todo su cariño y amor hacia el, abrasandolo del cuello.
- Bien... - murmuró al separarse de los dulces y suaves labios de su esposa.
No los ahogaría ese dia. Ese dia no.
Caminaba con pasos marcados y seguidos hacia el centro de la arena, ignorando las voces de las gradas, mientras entraba a la arena, las voces de los Dioses en aliento al rubio le fastidiaba y el sentir las asquerosas miradas humanas le enfadaba mas que cualquier otra cosa.
- Malditos... - insultó en silencio, queriendo ahogarlos en ese mismo instante.
De pie en el solido piso de piedra, mirando como de costumbre al suelo con una expresion fria y a simple vista entristesida, empuñando su imponente tridente, y esperando a aquel con el que pelearia, convencido de que seria nada mas que alguien debil.
Las puertas de la humanidad se abieron dejando ver una especie de canoa a remos para una persona, esa persona tenia un sombrero que le cubria la parte superior de la cara, con prendas aparentemente japoneza.
Se iva acercando y acercando en la canoa, mientras Heimdall lo presentaba con los adjetivos que lo distinguian del resto; tenia aires de grandesa a primera vista, sin embargo tenia demasiada humildad en el interior, un corazón con ganas de aprender y ser mejor, un alma autosuperante.
Se largos cabellos blancos atados en una coleta alta, pantalones rojos, descalso, sus tonificados y moranos musculos de veian de un joven de no mas de veinticinco años, pero, media sorpresa que se llevó la mayoría. Al llegar y que sus pies tocarán la piedra de la arena sólida, se quito el sombrero al mismo tiempo que el del cuerno anuncio su nombre.
- ¡El perdedor más grande de la historia! - dejo su sombrero ser libre al aire, mostrando un musculoso y atractivo señor de edad - ¡SASAKI KOJIRO!.
Silencio..... Absoluto.
Toda presencia en las gradas estaba estupefacta al ver al humano que pelearía contra el rubio, quien no se inmutó ni nada, a pesar de eso, el de piel morena mostraba una sonrisa desafiante en su dirección, listo para usar su katana. Nombrada por Heimdall ante el público como; El tendedero.
Claramente no lo veia como la gran cosa que supuestamente era, el perdedor mas grande de la historia humana en contra del Zeus de los mares Poseidon, el dios pensaba que su oponente era simple basura desechada. Mientras que el peliblanco empezaba a sudar sin averse movido ni un milimetro.
Claro que esto la primera de las hermanas Valkyries lo tenia claro, no estaba esperando, estaba visualisando, viendo una y otra, y otra, y otra vez el momento de su clara e inevitable muerte a manos del rubio, quien como siempre, no lo estaba mirando a los ojos.
- Vaya...- murmuró bajo, para el, mientras seguia viendolo - no importa como lo ataque, si me acerco es seguro que me voy a morir - aun con ese pensamiento, Sasaki seguia con su sonrisa.
Esperaba en silencio para que el atacará, que dejara de una vez esa cobardia tan tipica de la raza humana y se moviera; que hiciera algo con el y su existencia rapidamente.
Aunque, debia admitir que no le sabria tan mal el morir, es decir, si su alma se partía en pedazos e iva a juntarse con el cosmos, ¿se reencontraría con ella?.
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𝐌𝐢 𝐌𝐚𝐫𝐢𝐩𝐨𝐬𝐚 | ᴘᴏsᴇɪᴅᴏɴ
Fanfiction"𝗠𝗜 𝗠𝗔𝗥𝗜𝗣𝗢𝗦𝗔" Durante la tercera ronda de la batalla final entre Dios y Hombre, Ragnarok, en la cual el soberano de los mares Poseidon y el mayor perdedor de la historia Sasaki Kojiro se enfrentaban a muerte. Sin embargo, el Dios no habia...