11. Capítulo

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Mark sigue en mi casa magullado como el solo. Mi padre, como de costumbre esta trabajando.

- ¿Nos vamos a quedar aquí todo el día viendo la tele? - pregunta Mark acariciando mi pelo.

- Se me ocurren mil cosas que podríamos hacer - digo girándome sobre sus muslos para poder mirarle fijamente.

- nunca pensé que pudieses decirme algo tan interesante - Me dijo el sin dejar de acariciar mi pelo tal y como a mi me gustaba.

- No pienses cosas que no son - Insinuó - Te dije que te preguntaría todo lo que quisiese saber y quiero respuestas Mark. - Le miro intentando intimidarle, pero se de sobra que eso con el no funciona.

En un rápido gesto quito mi cabeza de sus piernas y me siento con los pies cruzados mirándole fijamente con los ojos achinados. Necesito saber tantas cosas, que es lo que le ha pasado, quien se lo ha hecho, por que le pasa esto a el, a que viene ese tatuaje y lo peor es que el se niega a darme respuestas...

- no pienso decirte nada aqui. - ¿acaso piensa decirme algo finalmente? - Coje tu casco, te llevo de excursión.

De un brinco salgo del sofá y corro escaleras arriba por la chaqueta de cuero, las doctor martens negras y un vaquero mas largo. Bajo la escaleras corriendo a punto de matarme, como de costumbre y cojo el casco que esta en la mesa de la entrada.

- ¡Estoy lista! - gritó y Mark se levanta del sofá haciendo una mueca de dolor. Quizás debería de llevarle a que le mirasen las costillas, pero eso puede esperar, es hora de conseguir información.

- Mujeres, siempre tan cotillas - le oigo murmurar por lo bajo pero decido obviar su comentario ya que su buen humor es un poco contagioso.

Salimos, Mark es quien conduce la moto, lo de antes ha sido una completa excepción, tal y como me esperaba si quiero montar su moto y conducirla yo, tengo que robársela. ¿Me pregunto, como es que este chico tiene un coche y una moto, como se paga sus gastos? Hasta donde yo se la vida de policía no da para tanto dinero. Como siempre conduce a más de 200 km/h una locura, aun que para los locos de la adrenalina como nosotros esto apenas significa algo. Pasan los minutos y llegamos a una especie de playa desierta. ¿Por qué me ha traído hasta aquí?

- Ahora puedes preguntar todo lo que quieras e intentare responderte todo lo que pueda.

- Sabes cuales son mis preguntas - contestó pero se que debo formular claramente mis preguntas. Me acerco un paso a el y la madera bajo mis pies cruje. - Quiero que me lo cuentes todo Mark. Quiero saber quien te ha hecho eso, por que, a que viene el trece y por que me suena tanto.

- Empecemos por el principio, pija - sonrío por algún extraño motivo no puedo enfadarme del todo con el. - Cuando nací mi padre nos abandono a mi y a mi madre dejándonos en la miseria total... Para poder alimentarme y de mas mi madre tuvo que prostituirse, además de toda esa mierda a sus espaldas mi padre había dejado una inmensa deuda con la mafia de la que no podíamos hacernos cargo.

>> Mama se vio obligada a pedirle un crédito al banco, pero dado nuestra situación no nos lo concedieron así que se auto vendió, se vendió a la Mara número trece. La usaron como juguete para transportador droga entre las fronteras o por los controles, si la cosa se complicaba solía acostarse con el policía que la pillaba.

>> Aquí todos están corruptos; al policía está comprada; los jueces están comprados; La ciudad se mueve por dinero negro a la espalda de los ciudadanos - hace una pausa y puedo ver como sus ojos brillan de emoción; de tristeza; de pena; de rabia - Murió, un día no fue capaz de llevar la droga y ellos se encargaron de darle la gran paliza de su vida. Murió cuando tenía 13 años - Alzo mi mano para acariciarle.

The bad boy stole my heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora