2. Cápitulo

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Tal y como me esperaba el horario es un asco. Enserio, ¿A quien se le ocurrió la gran idea de poner dos horas seguidas de matemáticas los lunes, eh? O lo que es mejor aun educación sexual el último año de instituto los lunes y viernes a ultima hora. Seamos sinceros, ¿cuantos vírgenes pueden quedar en mi curso? Vale estará la típica chica conservadora y el nerd al que aun no se le ha presentado la ocasión, pero enserio sin contar con esos ¿Quién queda? Nadie, ya no queda ningún virgen y por lo tanto todos sabemos poner condones, las posiciones etc.etc.

- Charlott! - escucho a Lea gritando por los pasillos en busca de mi atención. Tranquilamente voy caminando hacia ella, tengo ganas de conocer a Harry, pero no tantas.

- Toma - le digo tendiéndole su horario el cual es bastante similar al mío de no ser por matemáticas, química y biología todo igual.

- ¿Oye voy a tenerte que traer yo todos los días a partir de ahora? - pregunta la rubia sonriente pero tristemente no tengo la oportunidad de contarle mi plan de transportes para el resto del curso.

- Pero mira a quien tenemos aquí! - oigo la voz chillona de mi propia Marcie Millar.

- Putaaa! - exclamo con una risa falsa - Ya estaba hechando de menos tus jilipolleces de Barbie hueca!

- Ja ja - se ríe falsamente enseñándome sus dientes blancos - Que intentas ser un intento de unicornio con ese pelo de estropajo? - pregunta en un intento de hacerme daño, imposible, yo ya estoy rota.

- Por lo menos la gente ama los unicornios. Por otro lado - digo señalando sus bubbis con mi dedo índice - El plástico de segunda - sep con 17 años las tetas de esta han pasado mas veces por quirófano de las que puedo contar con los dedos - No lo quiere nadie - espero a que clase zorra contra ataque, pero su cerebro no da para más de abrir y cerrar la boca un par de veces.

- Oh! - exclama finalmente ofendida llevando su mano derecha a su corazón. Definitivamente esta tía es tonta, la silicona le ha llegado al cerebro.

No espero mas y voy hacia mi taquilla arrastrando a Lea junto a mi, no tengo tiempo que perder con muñecas de plástico, el mundo está demasiado jodido y mi tiempo es oro.

- ¿Por dónde íbamos? - le pregunto a Lea, pero nuevamente somos interrumpidas por un chico, mas bien un dios griego, que se acerca a Lea y la abraza por la espalda provocando que esta sonría.

- Hola - saluda el dios griego con una sonrisa blanquísima y un par de rulos de su cabello marrón oscuro cayéndole por la frente.

- Charlott, este es Harry - dice ella sonriendo sin inmutarse y yo asiento a modo de saludo, nunca he sido muy de hablar con el mundo - Íbamos por la parte en la que me cuentas si voy a tener que ser tu chofer hasta que La puta de Nicole intento meterse en tu camino.

- Ah si ya me acuerdo - digo tirando mi bolso dentro de la taquilla - Este es el ultimo día que tu amiga mía me traes a clases! - digo yo alzando mis manos al cielo.

- ¿Y como tienes pensado venir? - pregunta Harry entrometiéndose nuevamente en nuestra conversación.

- Voy a sacarla, hace mucho tiempo que no ve la luz del sol. - digo sin apreciar que he hecho una pésima selección de palabras.

- Por favor, dime que no eres travesti - dice Harry sorprendido y Lea explota en carcajadas seguida por mi.

YO TRAVESTÍS!? Vale, puede que a veces sea un poco como un auténtico tío, pero no soy travesti, que sude como una persona normal y me guste estar con ellos no me hace un tío.

- No Harry, no se refiere a una polla! - explica Lea mientras yo me retuerzo en el suelo de la risa, seguro que parezco una foca retrasada en pleno ataque de epilepsia!

The bad boy stole my heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora