𝗟𝗥𝗬𝗘𝗔 | ❛Gracias por ser mi hogar, Al❜
El primer año de Hogwarts de Alicia llegó a su fin, y por ende comenzó el segundo. Ella espera que este año sea mejor que el anterior.
Aunque puede que no todo sea malo, las aventuras que seguirá viviendo...
━━━━━━━ SE ARMÓ UN PANDEMÓNIUM. Los duendecillos salieron disparados como cohetes en todas direcciones. Dos cogieron a Neville por las orejas y lo alzaron en el aire. Algunos salieron volando y atravesaron las ventanas, llenando de cristales rotos a los de la fila de atrás. El resto se dedicó a destruir la clase más rápidamente que un rinoceronte en estampida.
Cogían los tinteros y rociaban de tinta la clase, hacían trizas los libros y los folios, rasgaban los carteles de las paredes, le daban vuelta a la papelera y cogían bolsas y libros y los arrojaban por las ventanas rotas.
Al cabo de unos minutos, la mitad de la clase se había refugiado debajo de los pupitres y Neville se balanceaba colgando de la lámpara del techo. Harry agarró a Alicia del brazo y la atrajo más a él, ambos debajo de una de la mesas.
—Vamos ya, rodeadlos, rodeadlos, sólo son duendecillos... —gritaba Lockhart. Se remangó, blandió su varita mágica y gritó:
—¡Peskipiski Pestenomi!
No sirvió absolutamente de nada; uno de los duendecillos le arrebató la varita y la tiró por la ventana. Lockhart tragó saliva y se escondió debajo de su mesa, a tiempo de evitar ser aplastado por Neville, que cayó al suelo un segundo más tarde, al ceder la lámpara. Sonó la campana y todos corrieron hacia la salida. En la calma relativa que siguió, Lockhart se irguió, vio a Harry, Alicia, Ron y Hermione y les dijo:
—Bueno, vosotros cuatro meteréis en la jaula los que quedan. —Salió y cerró la puerta.
—¿Habéis visto? —bramó Ron, cuando uno de los duendecillos que quedaban le mordió en la oreja haciéndole daño.
—Me cae mal. Lo odio. No es buen profesor, ni siquiera es profesor. No tiene ni idea de lo hace —bramó Alicia con rapidez, como si llevara guardándose aquello durante toda la clase.
—Sólo quiere que adquiramos experiencia práctica —dijo Hermione, inmovilizando a dos duendecillos a la vez con un útil hechizo congelador y metiéndolos en la jaula.
—¿Experiencia práctica? —dijo Harry, intentando atrapar a uno que bailaba fuera de su alcance, sacándole la lengua a Alicia mientras que esta lo miraba indignada— . Hermione, él no tenía ni idea de lo que hacía.
—Mentira —dijo Hermione—. Ya has leído sus libros, fíjate en todas las cosas asombrosas que ha hecho...
—Que él dice que ha hecho —añadió Ron.
—Estoy de acuerdo con la zanahoria.
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