9¬MAYBE

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↻ Quizás

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━━━━━━━ YA CASI ERA LA HORA DE COMER, Y COMO ALICIA SIEMPRE TENÍA HAMBRE, TENÍA PRISA POR REGRESAR AL COLEGIO PARA LA COMIDA. Se despidieron de Hagrid y regresaron al castillo, con Ron hipando de vez en cuando, pero vomitando sólo un par de babosas pequeñas. Apenas habían puesto un pie en el fresco vestíbulo cuando oyeron una voz.

—Conque estáis aquí, Potter y Weasley. —La profesora McGonagall. Alicia le sonrió y agitó su mano en su dirección—. Cumpliréis vuestro castigo esta noche —le sonrió a Alicia, discretamente.

—¿Qué vamos a hacer, profesora? —preguntó Ron, asustado, reprimiendo un eructo.

—Tú limpiarás la plata de la sala de trofeos con el señor Filch —dijo la profesora McGonagall—. Y nada de magia, Weasley... ¡frotando! Y tú, Potter, ayudarás al profesor Lockhart a responder a las cartas de sus admiradoras —dijo la profesora McGonagall.

—Oh, no... ¿no puedo ayudar con la plata? —preguntó Harry desesperado, mirándome mal a Alicia, quien se reía de ellos en silencio.

—Desde luego que no —dijo la profesora McGonagall, arqueando las cejas—. El profesor Lockhart ha solicitado que seas precisamente tú. A las ocho en punto, tanto uno como otro.

—Adiós, Minnie. No te preocupes James, tienes mi apoya moral. Tú también, Ron —abrazó al azabache por los hombros, regalándole una resplandeciente sonrisa.

Harry sintió cosquillas en su estómago, unas que le hicieron olvidar el castigo, unas que le hicieron abrazar a Alicia de vuelta, también por los hombros.  Ambos pasaron al Gran Comedor abrazados y Ron con Hermione entró detrás de ellos, con su expresión de «no-haber-infringido-las- normas-del-colegio». Por mucho que Harry amara los intentos de Alicia por animarla, no disfrutó tanto como esperaba con su pudín de carne y patatas. 

—Filch me tendrá allí toda la noche —dijo Ron apesadumbrado—. ¡Sin magia! Debe de haber más de cien trofeos en esa sala. Y la limpieza muggle no se me da bien.

—Te lo cambiaría de buena gana —dijo Harry con voz apagada—. He hecho muchas prácticas con los Dursley. Pero responder a las admiradoras de Lockhart... será una pesadilla.

Alicia los miró con pena y le regaló una patata a Ron, lo suficiente como para que sonriera. Luego se apoyó en el hombro de Harry, brindándole un apoyo que solo ambos comprendían. Aquel roce le hacía a Harry ser consciente de que Alicia estaba ahí, siempre lo estaría. 

La tarde del sábado pasó en un santiamén, y antes de que se dieran cuenta, eran las ocho menos cinco y ambos chicos se tenían que ir.

La tarde del sábado pasó en un santiamén, y antes de que se dieran cuenta, eran las ocho menos cinco y ambos chicos se tenían que ir

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²Alicia y la Cámara Secreta [LRYEA: ✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora