36° Mi ángel de la música

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Arabella

Maratón 4/4

El resumen de mi día fue toda la mañana acostada porque Akem no quería que hiciera absolutamente nada. En la tarde me la pasé en el salón de belleza y ahora estoy alistándome para el evento. Pensé que a él no le gustaría la temática de nuestros disfraces pero me imaginé mal. Le fascinó.

Quizás sea por la noticia de que vamos a ser padres que no le importo el disfraz.

Él ya tiene una hora de haberse cambiado, cada cinco minutos me pregunta si ya estoy lista; dice que parezco una tortuga por mi lentitud. Me doy una última vista en el espejo, cojo mi bolsa y salgo de la habitación. Cuando él me ve me sonríe, doy una vueltecita sobre mi propio eje para que me aprecie más.

— Estás divina pequeña. — se acerca — Como siempre.

— Gracias, idiota. — beso su mejilla — Ya es hora de irnos.

Me agarra por la cintura y nos adentramos en el elevador. Akem no quita de su rostro esa sonrisa desde esta mañana. Las puertas se abren y nos están esperando los guardaespaldas. Él tiene su propia limusina para llegar a la fiesta, caminamos hacia ella y Francisco nos abre la puerta.

— Buenas noches, mi Boss — enarco una ceja.

— ¿Tu Boss? — pregunto.

— Significa jefe en ruso pequeña. — explica.

— ¡Oh! — es lo único que digo.

Ya en la limusina Francisco conduce al castillo real donde se llevará a cabo la celebración. Akem pulsa un botón y una ventana ahumada aparece separándonos del chófer. Él se voltea y comienza a repartir besos húmedos por mis hombros descubiertos; la piel se me pone de gallina.

— ¡Akem! — jadeo — detente.

— Mmm. — gruñe — ¿Por qué? — besa mi cuello.

— Porque duré toda una tarde en el salón de belleza para que venga a dañarlo por lujuriosa.

— D'yavol zabirayet menya. — dice en ruso.

— Cuidadito me estás haciendo un conjuro, la tuya por si acaso. — advierto.

— ¡Ja! — se burla — si eres boba principessa.

Una cuadra antes del reino están unas carrozas. Nos bajamos de la limusina y un chico nos indica que tenemos que subirnos a ella para poder llegar al castillo. Akem me ayuda a subir y luego lo hace él. Toda la calle está ambientada como si fuera para ir al baile de la Cenicienta. Al llegar están varios paparazzi, Akem es reconocido por su empresa, y yo por mi madre ya que es dueña de una marca de ropa y es una diseñadora profesional.

Akem se baja primero para darme la mano y ayudarme a bajar. Los flash de las cámaras me encandilan, tenía tiempo que no iba a una fiesta célebre. Él me ofrece su brazo y yo lo acepto gustosa. Varios comienzan hacer preguntas sobre la vida libertina que tenía Akem, otros preguntan que si ya sentó cabeza y otra que si yo soy una de las tantas. Por esa tan incómoda pregunta, él se frena para responder con porte de autoridad y prepotencia.

— Señores. — dice Akem serio — Escuchen bien la primicia para sus revistas y diarios. — los mira a todos — Esta señorita que está aquí presente que muchos ya la conocen Arabella Duarte, es mi prometida — el corazón se me acelera abriendo al mismo tiempo los ojos como platos — y madre de los bebés que vienen en camino. — sin más nada que decir continuamos nuestro camino.

Estoy anonadada con la noticia, no sé que manía tiene él de etiquetarme primero como su novia antes de decírmelo a mí y ahora su prometida comunicándoselo al mundo del espectáculo.

CENIZAS +18 [1] ✓ [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora