Modern family

La ayuda

Me encontraba sentada junto a Jay en la cocina, desayunábamos tranquilamente mientras platicábamos de algunas anécdotas de la escuela y él del trabajo. Stella se acercó a mí e inmediatamente me dí cuenta de su presencia.

—Hola linda Stella, sabes que no puedo darte de comer—. Le mencioné acariciándola suavemente.

—Si cariño, no debemos de mimarla—. Jay contestó.

Stella se acercó a Jay y empezó a llorar para que le dé de comer.

—No pidas, no pidas Stella que me rompes el corazón—. Jay le mencionó en tono triste tratando de no darle de su comida.

—La salchicha y el tocino te romperán el corazón, solo elige una—. La tía Gloria llegó a la cocina saludandome y regañando a Jay por lo que comía.

—Lo quemaré jugando Golf alrato—.

—Como sea. ¿Angie me acompañarás a llevar a Joe Fulgencio al parque?—. Mi tía preguntó.

—Claro tía, lo que sea por dejar de estar tan aburrida—.

—Entonces Jay tú ve al supermercado a comprar esto—. Mi tía le entregó una lista a Jay con los nombres de los productos que tendría que comprar.

—¿Por qué no va la niñera?—. Preguntó Jay.

Mi tía y yo nos quedamos calladas y miramos a otra dirección nerviosas.

—Ustedes dos tienen que estar bromeando—.

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—Gloria a despedido a cinco niñeras y Angie ha conspirado con ella—. Habló Jay.

—No me gustan otras mujeres en mi casa, Angie y yo somos las superestrellas. Como la Reina y la princesa—. Aclaró Gloria.

—Las estrellas tienen niñeras—.

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—¿Qué?, si me gusta ser la princesa de la casa pero también es culpa de Manny—. Me defendí.

—¿Y ahora por qué me metes en esto?—. Manny me preguntó ofendido.

—Porque acosas a las niñeras que son como 10 años mayores que tú—. le respondí.

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Mi tía y yo subimos a su carro después de haber acomodado a Joe en su asiento de bebé. Empezamos el camino hacia el parque mientras platicábamos con toda la confianza que nos teníamos.

—Y el tonto intentó besarme, ¿no es un idiota?—. Le comenté a mi tía y traté de calmarme después de contarle esa desagradable experiencia.

—Así son los chicos aquí, creen que tienen el derecho pero terminan siendo idiotas. No te preocupes mamita tampoco es tu culpa ser una belleza latina—. Me comentó tratando de que riera lo cual funcionó.

—Tía Gloria, ¿mi papá te habló acerca de su enamoramiento con mi mamá?—.

—¿No te contaron nunca de su historia mamita?—. Su cara pasó de divertida a confundida.

—Algo así, pero era muy raro que hablaran de eso—. Mencioné.

—Se conocieron y fue amor a primera vista, se amaron tanto como en una película de romance—. Habló ella en tono soñador.

—Ojalá algún día pueda tener algo como lo de mis padres o como lo tuyo con Jay—.

—Lo tendrás cariño, llegará un chico que vea tu belleza interior y exterior, alguien que te hará sentir en el cielo y que te hará pensar siempre en él. Alguien te amará tanto como tus padres y yo te amamos a tí—. Ella sostuvo mi mano aprovechando que estábamos en un alto y yo apoyé mi cabeza en su hombro demostrándole lo mucho que la quería.