¿Seremos tíos?

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—Esto es genial—. Luke miraba con impresión aquella cámara de juguete.

—Mira Haley, la abuela nos dejó la vieja caja de juguetes de su casa—. Alex le mostró a su hermana el contenido de la caja.

—Que dios bendiga su corazón acumulador—.

—¿Recuerdan cuándo me escondía aquí y salía como un monstruo aterrador? Era tan prometedor entonces—. Luke recordó con sentimiento.

—Que lindo oso de peluche, tiene una mancha—. Traté de quitar aquella mancha de aquel tierno oso.

—Es vómito seco de Luke, lleva ahí como 16 años—.

—Que asco—. Pronuncié soltando el peluche con disgusto y Luke no pudo evitar reír ante lo que había hecho cuando era un bebé.

—¿Un caballo de madera que vibra? Nunca lo entendí—. Alex sacó un caballo el cual consistía en un palo el cual podías montar.

—No lo sé pero yo recuerdo que pasaba horas montándolo—. Haley comentó.

—Yo también—. Su hermano le respondió.

—Es muy dulce que su abuela les haya dejado esto—. Sonreí y seguí observando todo los juguetes.

—Mira Angie, un anillo de juguete. ¿Te casarías conmigo?—. Luke tomó el anillo y fingió arrodillarse ante mí.

—Me gustan las cosas brillantes, pero me casaría contigo con ese anillo—. Le sonreí y él colocó el anillo en mi dedo anular.

—Agh, cursis—. Alex se quejó.

—Miren esto, la mayor fuente de humillación de Alex—. Luke pronunció y nos mostró una bolsa con piezas de madera.

—¿Qué es eso?—. Pregunté confundida.

—Un rompecabezas que yo resolví y ella nunca pudo—.

—¿En serio Alex?—. La miré sorprendida.

—¿A quién le importa? Éramos unos niños tontos—. Alex fingió no tomarle importancia, aunque la conocía bastante bien para saber que por dentro estaba más que enojada.

—No, nosotros éramos tontos y tú eras la genio. Eso te debe de atormentar—. Haley se burló.

—Soy la mejor de mi clase en una universidad prestigiosa, coinventé una tecnología que se aplica a las astrofísica, la medicina y... ¡dame el maldito rompecabezas!—.Alex le arrebató aquella bolsa a su hermano y todos reímos ante su comportamiento.

—¡Oh por dios, es Lulu! Era mi juguete favorito—. Haley tomó a la muñeca y la tomó en brazos como si fuera un bebé, empezó a acariciarla lentamente y unas pequeñas lágrimas cayeron por sus mejillas.

—Haley, ¿estás bien?—. Me acerqué a ella tratando de tranquilizarla.

—Extraño a la abuela—.

Haley se retiró dejándonos solos con Alex, la cual se concentraba en hacer el rompecabezas. Luke y yo jugábamos unas viejas cartas mientras el intentaba meterse a aquella caja como cuando era niño.

—Cariño, no creo que aún entres ahí—. Le mencioné tratando de sobarle la cabeza la cual se había lastimado por quinta vez.

—Si puedo, tú solo empuja—. Me pidió.

—Haré el almuerzo, ¿quieren?—. Haley llegó con su muñeca aún en brazos.

—¿Vas a almorzar?¿Hay algún nuevo desafío en internet del que no me enteré?—. Alex le habló con sarcasmo.

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