El fin de la trinidad

1.4K 149 5
                                    

—Aquí están sus capuchinos—. Manny nos asentó una taza a mi y a Jay.

—Gracias Manny—. Sonreí mientras leía tranquilamente mi libro.

—Pero no para mí. No necesito estar despierto para experimentar el vacío de una vida sin Sherry Shaker—.

—Le pusiste dibujitos al café, se ven lindos—. Mencioné tratando de cambiar el tema.

—¿Qué son?—. Jay preguntó con curiosidad.

—Soy yo mirando por la ventana, hice las estrellas con mis lágrimas—. Él mencionó provocando que mi tío y yo escupieramos el café nuevamente en la taza.

—Ay papi, si sobreviviste la vez que manejé tres cuadras contigo en el techo del carro, puedes sobrevivir a esto—. Mi tía lo animó.

—¿Cuándo pasó eso?—.

—Te caíste tan fuerte que no recuerdas—. Le hablé en tono de burla.

—De todos modos lo de Sherry no iba a funcionar, ella es canadiense—. Jay afirmó.

—Iré a mi habitación por si alguien me necesita, aunque nadie me necesita—. Él habló con tristeza y se retiró.

—¡Ay papi, todo se va a solucionar, lo prometo!—. Mi tía le gritó.

—Creo que iré a ver que este bien—. Le dije a mis tíos y subí junto con Manny.

—¿Mamá te mandó?—. Él me preguntó cuando entré por su habitación.

—No, vine para no dejarte solo. No vale la pena estar así Manny—. Mencioné sentandome junto a él.

—¿Tú qué sabes de dolor? Estás en tus mejores años, eres le mejor de una universidad con mucho prestigio, eres bonita, tienes un carro y una relación estable—.

—Si Manny, no sé de dolor. No es como que dependiera de los antidepresivos desde los 15 porque mis padres murieron de la manera más horrenda que puede existir—. Mencioné con sarcasmo.

—Lo siento—.

—Bien, no te voy a mentir diciéndote que no te dolerá y que todo estará bien—. Admití y suspiré pesadamente.

—Eso no ayuda—.

—Vas a seguir llorando y sufriendo por mucho tiempo—. Le dije mientras me ponía de pie y daba vueltas por la habitación.

—Tampoco ayuda—.

—Pero llegará un momento en dónde ni siquiera recordarás porque llorabas, te levantarás y le demostrarás a Sherry Shaker que no la necesitas—.

—Eso espero—.

—Algún día llegará una chica que te quiera y no se aburra de leer tus poemas—.

—Espera, ¿te aburres de los poemas que escribo?—.

—No me cambies el tema—. Mencioné y él negó levemente.

—Manny, cuando teníamos 15 nos contabamos todos nuestros problemas de adolescentes para no sentirnos solos, y nos quedamos así hasta quedar dormidos. Crecimos juntos y sabes que cualquier cosa que necesites yo estaré aquí—. Mencioné antes de retirarme de la habitación.

•  •  •

—Hey Manny y hey chica desconocida—. Saludé a las dos personas que estaban en el bar.

—Angie, ella es Brandi, Brandi ella es mi prima-hermana Angie—. Él nos presentó.

—Hola Angie, ¿cuánto te costaron esos senos?—. Ella me interrogó provocando que yo la mirara confundida.

—Jay la trajo para que me olvide de Sherry—.

—Vaya, mucho gusto—. La saludé tratando de sonar amable.

—¿Quieren un cigarro?—. Ella nos ofreció a lo que los dos negamos inmediatamente.

—¿No permites un momento?—. Tomé a Manny del brazo y lo llevé hasta la cocina para que habláramos con mis tíos. Fue una sorpresa encontrarnos a Luke hablando con ellos.

—No te atrevas a decirle nada a Manny y a Angie—. Escuchamos a mi tía amenazar a mi novio.

—¿Decirnos qué?—. Manny preguntó mientras yo los miraba confundida.

—Manny, Angie lo siento. Besé a Sherry y me siento muy mal por eso—. Luke confesó. En ese momento no sabía que sentir, simplemente me quedé en shock.

—Ay—. Escuché a mi tía susurrar.

—¿Están bien?—. Él intentó tomar mi mano pero inmediatamente la quité.

—Lo estaré... ¡después de romperte la cara!—. Manny empezó a perseguirlo por toda la cocina para golpearlo hasta que Jay lo detuvo.

—La violencia no soluciona nada—. Habló mi tía después de golpear a Luke.

—¡Manny no sabes lo que haces!—. Jay le gritó.

—Si lo sé. Obtuve “satisfactorio" en combate escénico para principiantes—. Él habló y se safó del agarre de Jay para empezar a tirarle cosas a Luke.

—¿Cómo pudiste hacerme eso? ¿Cómo pudiste hacerle eso a Angie?—. Manny le gritaba mientras yo sentía como el corazón se me estrujaba.

—Basta Manny. Lamento que estés muy herido, pero eres un gran chico con un gran corazón y encontrarás a la persona correcta. Lo prometo—. Jay por fin volvió a detenerlo. —Y tú. Fue muy valiente que quisieras decirle la verdad a Angie y a Manny—.

—Gracias—. Luke respondió ante las palabras de su abuelo.

—Pero cruzaste la línea y te elegiste a tí mismo antes que a tu familia. Lastimaste a alguien que te considera su hermano y a una chica que te llama el amor de su vida. Me decepcionas mucho Luke, te pediré que te vayas—. Jay terminó de hablar.

—Angie, déjame explicarte—. El trató de acercarse a mí pero yo me alejé.

—¿Explicarme? No quiero escuchar pretextos estúpidos de cómo te besaste con la ex de mi primo. Tú sabías cuánto le dolió terminar con ella y aún así te atreviste—. Le grité entre lágrimas.

—Angie, yo no quería—.

—¡Ya no me importa! Acabas de arruinar 4 años de relación con alguien que te ama y que pensaba dejar grandes cosas por estar contigo—.

—¿De qué hablas?—.

—¡Ya no importa! ¡Lárgate de aquí y llévate tu estúpido anillo!—. Grité por última vez, me quité aquel anillo de promesa que había recibido semanas atrás y se lo devolví. Subí a mi cuarto y probablemente lloré hasta quedarme dormida.

•  •  •

—¿Mami?—. Mi tía entró a mi habitación llamando mi atención.

—Hola tía—. Me senté en la cama y rápidamente sequé algunas lágrimas de mis mejillas. Estaba en pijama y con los ojos hinchados.

—Te traje helado—. Ella sonrió sentandose a mi lado.

—Gracias—.

—¿Quieres hablar?—.

Suspiré pesadamente, si quería pero no sabía si estaba lista.

—¿Te explicó por qué lo hizo?—. Pregunté rápidamente.

—Solo nos dijo que la besó—. Ella admitió, era raro sentir ganas de llorar hasta morir, empezaba a entender más a Manny.

—Ya veo—. Sentí como me abrazó y no pude hacer otra cosa que dejarme llevar, realmente necesitaba cariño maternal.

—¿Ese anillo era de?...—.

—Oh por dios, no. Solo era de promesa, pero no duró mucho tiempo—. Reí para evitar llorar.

—Lo lamento tanto mi niña. Como madre solo quieres que tus hijos sean felices y estén a salvo, no sé que hacer para ayudar ahora—. Ella admitió.

—Tía, con que estés justo aquí me haces el día—. Sonreí sin soltarla.

—Todo estará bien mi pequeña, te amo y todos estaremos a tu lado—.

Modern family  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora