Capítulo 20

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No podía quedarme sin hacer nada, esa noche nadie pudo dormir, pobre madre mía, ella era la que estaba peor , no podía estar ocurriendo, estaba todo tan tranquilo.No pude dormir más eran las cinco de la mañana y me levanté rápido de la cama,llame al trabajo y le dije que por problemas familiares iba a estar unos días ausentes.

Automáticamente fui corriendo hacia el armario y comencé a vaciar todas nuestras cosas en nuestras maletas, Nate se despertó y cuando me vio recogiendo todo, me preguntó sobre lo que hacía y le dije que teníamos que salir de aquí, que ese miserable iba detrás de nosotros y ahora teníamos a nuestra hija por lo que no podíamos jugar con eso, el fue a recoger las cosas de nuestra hija y ayudar a mi madre con sus cosas.

Ya teníamos todo en sus lugar y antes de salir en el carro, llame a Kevin que de momento era dueño de un restaurante que había montado junto a su hermana, le dije que íbamos allá un momento. Antes de salir de casa cogí un arma que había comparando en el mercado negro por si esto llegara a ocurrir.

Nos dirigimos hacia allá en el carro con gran velocidad, la niña aún dormía se veía tan angelical en los brazos de mi mamá, no podía renunciar a nuestra tranquilidad y por nada del mundo mi hija crecería en un lugar donde ese loco estuviera suelto.

El incluso debe estar furioso por todo lo que hize que le pusieran en sus cargos, a medida que pasaba el tiempo siempre pagaba un poco de dinero sin que nadie lo supiera para que le dieran una paliza allá adentro, siempre dejándole saber que era yo quien lo ordenaba, así que el objetivo era yo y no podía permitir que mi niña estuviera en peligro.

Llegamos al restaurante de mi amigo y nos recibió con un desayuno para todos.

– Daniel y eso tan temprano ustedes acá, incluso con la niña durmiendo.

En ese momento le dije a él todo lo que acontecía y tuvo que sentarse, me preguntó sobre que era lo que pensaba hacer y yo solo le dije que de momento íbamos a casa de unas amistades que estaban fuera del país y que vivían a las afueras, cerca de el mar, lejos de todos. Nos dio tiempo a desayunar y a coger otras cosas para el camino, Kevin haciéndonos saber que todo lo que nos hiciera falta podíamos contar con el, yo tan solo le di las llaves de casa para que él nos la cuidara en este tiempo que íbamos a estar fuera, que por más que quisiera no tenía idea de cuando pudiéramos volver, si es que alguna vez lo hiciéramos.

Salimos corriendo hacia el auto, ya de vuelta al camino la pequeña Rose se despertó, era el momento de que la abuela le hiciera historias o incluso cosquillas.Nate se quedaba mirando mi cara de terror mientras cogía el volante del auto y me agarro las manos.

– Nada malo va ocurrir nene, todo va a estar bien.

Yo solo sonreí y una que otra lágrima cayó, no podía evitar sentir miedo, si fuera yo solo no me importaría correr algún riesgo pero era mi familia la que estaba en juego.

A medida que llegábamos a la calle principal ya de camino a nuestra nueva guarida suena mi teléfono.

– ¿Crees realmente que vas a huir maldito cabron? Tu vas a pagar todo lo que me hiciste– sentí esa voz otra vez y mire hacia atrás para ver un carro en la parte de atrás del nuestro.

– Mira necesito que te calmes tu problema es conmigo, no con nadie más de los que esta en este coche–le dije con voz nerviosa.

El aceleró su carro para estar esta vez detrás a nuestro lado y chocó el nuestro, mi pequeña comenzó a llorar desesperadamente, necesitaba hacer algo,viendo en el GPS vi que había un desvío que llevaba a un risco, acelere para poder dejarlo detrás, todos estaban asustados, solo podía oír a todos diciendo que bajara la velocidad, tan solo no podía, nada iba a poner en riesgo a mi familia, esa que me había costado tanto trabajo tener.

Cuando llegamos a él, salí del carro y dejé a Nate al mando del auto explicándole que tenía que dar la vuelta por la maleza y abrirse camino, al principio no quería dejarme solo, pero le dije que no teníamos tiempo para pensar, le di un beso a mi mamá y uno fuerte a mi niña, ella sin entender lo que pasaba me abrazo fuertemente y me dijo al oído.

–Te quiero papá– con esa mirada pura que todos los niños tienen.

Nate salió rápido por la maleza y me quedé solo esperándolo, tenía tanto miedo, escondí el arma detrás del pantalón, cuando paso a toda velocidad con el auto yo le hice señas.

– No me querías a mi cabron, aquí me tienes– y salí corriendo hacia el borde de la escarpada pendiente, donde podía oír la furia de las corrientes del río que caía.

Llegó hacia donde estaba yo como un animal que tiene a su presa lista para devorarla, mi corazón quería salir de mi pecho, yo tan solo pensaba en que quería salir vivo de todo esto, que quería volver a ver a mis seres queridos.

– ¿Donde estan todos?– grito aquel animal con toda la furia del mundo.

– Estoy solo aquí tu con los míos no te vas a volver a meter, no entiendo cómo mi madre pudo aguantarte tanto, ella dormía con su propio enemigo,vas a tener que matarme para ir a por ellos y eso no va a ser fácil–  Saque el revolver de la parte trasera del pantalón y le apunte, el comenzó a reír, sacando una él también, no podía pensar que este iba a ser el fin.
– ¿En serio crees que podrás matarme?.
Se lanzó hacia mí y yo tan solo cerré los ojos, apreté el gatillo de mi revolver, solo pude sentir un disparo.

                                                          FIN

Durmiendo con el enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora