La serpiente escarlata.

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Liliana estaba en el suelo, mirando la tierra, sujetaba su brazo derecho roto, y a su alrededor se escuchan las risas de las amigas de Parkinson. Pansy dio un paso al frente y le lanzó un hechizo poco después escupió un poco y se percató que era sangre. Su sangre.

— Creo que el profesor Snape se sentirá muy decepcionado. ¿Pero qué podemos hacer? Tu padre es un imbécil, no sabes cómo me gustaría darle su merecido por meterse en mi vida con sus estúpidos castigos. — Dijo Parkinson tomándola del mentón. — Me pregunto qué cara pondrá cuando te vea así. Estoy segura de que será el mayor error de su vida el tenerte y ese será mi mayor triunfo.

Liliana apretó los dientes, le dirigió una mirada furiosa. — ¡Con mi papá, no te metas!

— Parece que la perra aún puede hablar. — dijo entre risas una de las chicas.

Liliana apretó sus manos contra la tierra y sintió una roca un tanto distinta a las que había en el suelo. La miró y vio que era una semilla. Frunció el ceño por unos segundos, parecía vieja y gastada.

— Parece que se rindió. — dijo una de las chicas.

Ignoro aquel comentario y comenzó a cavar un agujero. 

[Tiene que ser...]  Pensó.  [Tiene que ser eso, estoy segura.]

— Me da pena, ya se volvió loca. — dijo riendo una de las amigas de Parkinson.

[Por favor, tiene que ser.]  Pensó entre un sentimiento de angustia, desesperación y rabia hacia la situación en la que se hallaba, si mal no lo recordaba, si mal no se equivocaba...

(...)

Caminaba por medio del bosque prohibido, según le habían pedido los centauros, querían unas plantas y así ella se ofreció a hacerlo junto a su abuelo, pero de un momento a otro se perdió.

No lo encontraba en ninguna parte y ya se estaba oscureciendo, sintió un ruido y caminó por ese lugar hasta ver un sauce que golpeaba a una manada de jabalíes, corrían alejándose del lugar.

«Increíble...» dijo asombrada

Se acercó poco a poco y pareció que el árbol se había calmado. Pero de pronto, en cuanto un ave se acomodó en sus ramas, nuevamente sus ramas empezaron a golpear a todo aquel que se acercaba.

«¡Iaaa!» chillo, asustada y se escondió detrás de una roca. «¿P-por qué ataca...?» murmuró.

«Veo que tuviste la suerte de encontrarte con el árbol boxeador.» escuchó detrás suyo.

«¡Abuelo!» dijo sorprendida, se volteó encontrándose con su sonrisa divertida.

«Este árbol ha perdurado por muchos años y es propiedad de Hogwarts,» dijo Dumbledore. «Este tipo de árbol es una especie muy valiosa pero muy violenta. Ataca a cualquier cosa que alcance con sus ramas». explicó con simples palabras. «En mis años de juventud, me encante un árbol, pero luego desapareció.»

«¿Cómo desapareció?» pregunto un poco curiosa.

«Simplemente lo hizo.» contestó mirando al árbol, tomó una roca café y cuando lo observó con más detalle se dio cuenta que era una semilla. «Solo le di un toque con mi varita y creció, era muy alto y luego de que ya lo había terminado de utilizar desapareció.»

«¿Para qué se utilizaría un árbol que podría lastimar a alguien?» preguntó Liliana. «La profesora Sprout dice que lastimar a alguien está mal, herirá los sentimientos de esa persona.»

La Serpiente Escarlata (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora