Capítulo 8: pirueta baja

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Tal parecía que Chan ya había elegido la canción perfecta para la competencia una semana más tarde, por lo que, por cinco días, no paró de escucharla una y otra vez, sin llegar a cansarse de ella.

–No entiendo cómo lo logras –dijo en la comida Seungkwan, mirando a su amigo–. Siento que si escucho una canción en bucle terminaré odiándola después de una hora.

Chan se encogió de hombros.

–Supongo que ya me acostumbré a hacerlo. Escuchar una canción que de verdad me gusta y se acomoda a mis gustos y a los movimientos que hago, a la manera en la que patino. Siento que eso es lo que me hace no perderle el gusto después de tanto tiempo de ensayo.

–Deberían ver la manera en la que el entrenador Jihoon siempre se refiere a Chan –comentó Mingyu, mientras su amigo intentaba esconderse de la mirada de los demás al saber a dónde de dirigía el mayor–. Siempre dice que es muy hipnotizantes la manera en la que habla del patinaje, tanto como cuando lo practica.

–Por eso eres su favorito –agregó Minghao, sonriéndole a su amigo–, y por eso siempre te elige para representar a la escuela en las competencias de danza.

–Y quizás por eso vuelvas a ganar. Serían 6 años invictos en las finales de invierno –dijo Seungkwan con emoción.

Vernon ya había escuchado sobre todos los trofeos que Chan había ganado, y los había podido ver en los estantes de deportes que había en el vestíbulo del castillo. Era increíble la manera en la que el menor siempre lograba cautivar a los jueces durante las competencias, a todo el público e incluso a los demás concursantes.

Aunque cuando Vernon se puso a ver, en la intimidad de su habitación y mientras Wonwoo se encontraba con su novio, videos de las competencias a las cuales había asistido Chan, después de todo no le sorprendió que haya ganado todos aquellos premios.

Parecía que la pista y el menor estaban conectados, como si estuvieran hechos el uno para el otro.

Y podría haberle dicho aquello al menor, de no ser porque en lo único en lo que pensaba cada vez que veía a Chan ensayando, en toda esa semana, era en el recuerdo de Wonwoo llegando a la habitación antes de lo esperado y atrapándolo contemplando con admiración, ojos brillantes y el corazón latiendo a cientos de kilómetros por hora la última presentación del menor, la del año pasado.

Cada vez que pensaba en ese momento, su rostro se sonrojaba por completo, porque por mucho que sus amigos siempre estuvieran molestándolos, en aquella ocasión Vernon no pudo negar ni ocultar lo que estaba haciendo.

Cada vez que pensaba en ese momento, su rostro se sonrojaba por completo, porque por mucho que sus amigos siempre estuvieran molestándolos, en aquella ocasión Vernon no pudo negar ni ocultar lo que estaba haciendo

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Incluso cuando Chan tenía que ensayar una y otra vez entre semana, Vernon no se quedaba de lado en cuanto a sus prioridades.

Quisieran o no admitirlo, ya era demasiado extraño mirar a uno sin la compañía del otro. Se habían unido demasiado en los momentos que habían compartido en aquella pista, y uno que otro fuera de ésta.

Calling me || chansolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora