Capítulo 43

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-Will, yo...

-No es tu culpa. No es culpa de nadie. Aunque si tuviésemos que echársela a alguien seguro que es mi hermano-intervino él antes de que Laura acabase la frase.

-Si no hubiese insistido con el té...

-¿Qué más da? Te apetecía y no iba a afectar en el embarazo. Lo que te entregaron no era té, Laura. Ya oíste a Jasper, lo que te entregaron era una de las plantas más venenosas del mundo, es un milagro que sigas viva. Ni siquiera sé cómo la ha conseguido, solo crece en Colombia o algo así, la verdad no estaba prestando mucha atención. Pero lo importante es que te pondrás bien.

-Will...

-Laura, por favor, dejemos el tema, ¿vale?

-Solo iba a decir que me tienes aquí y que no tienes que guardarte lo que tienes dentro.

Algo se rompió en el interior de Will al escuchar esas palabras. Se dio cuenta de que no habían pasado 24 horas y ya intentaba cargar con el peso de animar a toda la familia sin que nadie le animara a él. Empezó a llorar sin control y se apoyó en el hombro de Laura, quien lloraba con él mientras le acariciaba la cabeza. Entonces, Carmen picó y abrió la puerta.

-Siento interrumpir, pero tenemos que hablar de tu situación, Laura. Ya sabéis que... bueno, lamentablemente vuestro bebé ha fallecido. Debido al estado del embarazo en el que se encontraba Laura tendremos que hacerle una operación lo antes posible para extraer el feto. Después podréis hacer lo que queráis, incinerarlo o enterrarlo o cualquier tipo de ritual funerario. Como Laura se está recuperando de una intoxicación al mismo tiempo tendremos que dejarla mínimo un par de semanas para vigilar la curación tanto de la intoxicación como de la cirugía. ¿Os va bien mañana para realizar la operación?

-Sí, solo una pregunta, ¿cuándo podré volver a tener un embarazo?

Carmen miró sorprendida a Laura por la pregunta que acababa de hacer. Carraspeó y dijo:

-Se recomiendan unos seis meses. Entonces programaré una cirugía para mañana y te trasladaremos a una habitación privada si es lo que queréis. Os dejo solos otra vez, lo siento mucho.

Una vez Carmen había cerrado la puerta, Laura cogió la mano de Will y se giró para decirle:

-Intentémoslo otra vez. Sé que sería suplantar a este niño con otro, pero... No sé de qué otro modo podría soportar esto, Will. Por favor, déjame sentirlo otra vez. Me acababa de acostumbrar al embarazo de nuevo y me lo han quitado. Por favor, déjame compartir esta experiencia contigo.

Will se quedó mirándola unos minutos, todavía llorando. Pensó en todo lo que había hecho él y lo que había hecho su familia por ese niño que no había tenido la oportunidad de nacer. Suspiró, besó castamente a Laura y dijo:

-Está bien, pero primero asegurémonos de que estás sana y preparada para ello.

Laura sonrió tristemente y se acurrucó en el pecho de Will, susurrando:

-No te preocupes, cariño, nadie podrá olvidarte ni reemplazarte. Papá, mamá y tu hermano te han querido mucho, aunque no hayamos podido verte. Nos veremos dentro de mucho, en otro sitio.

Mi amor no es ciego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora