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Debido a su ubicación en el mapa, era bastante extraño ver prolongadas temporadas de nieve en Busan y Jimin jamás presenció siquiera un día nevado en toda su existencia, esto debido a que, su madre odiaba el invierno y siempre huía a climas tropicales cuando dicha estación llegaba a la ciudad en su máximo apogeo. Por supuesto, huir sin Jimin no era una opción y aunque este hubiera querido pasar al menos un día ahí para observar la nieve, su madre jamás se lo concedió.

Sin embargo, Jimin corría con la suerte de que existía alguien que estaba dispuesto a cumplir todos sus deseos sin importar la época del año.

Jimin jamás se imaginó que el chico estuviera tan decidido a cumplir cada una de sus peticiones al pie de la letra, sobre todo, por qué una de ellas era casi imposible... Pero ahí estaba Jeon Jungkook, llevando las cosas a otro nivel mientras daba lo mejor de sí mismo.

Jimin se despertó esa mañana con una sensación extraña en el pecho y automáticamente su instinto paranoico salió a relucir. Y es que, el chico era demasiado intuitivo como para no saber qué sucedería algo ese día. Sin embargo, aun teniendo control sobre él, optó por seguir su rutina con normalidad y no prestarle más atención de la necesaria. Esa mañana al igual que todos los días, Jimin se levantó, lavó sus dientes, se puso ropa deportiva, se encontró con Hoseok, salió a correr, volvió a casa, se duchó, desayunó y, finalmente se dirigió al instituto como normalmente lo hacía. Estaba intentando ignorar la situación lo más que podía, pero la sensación seguía ahí en su pecho y esta no parecía querer abandonarle por nada del mundo.

A primera hora no pasó exactamente nada del otro mundo y Jimin estaba bastante tranquilo con eso, había visto a Jungkook antes de entrar a clases y este le había saludado igual que siempre. Desde que habían vuelto a ser amigos, su relación no había cambiado demasiado a comparación de cuando el primer trato estaba en pie y no había ocurrido nada con la madre de Jungkook o Lisa. Desde que el segundo trato había comenzado, habían vuelto a ser igual de cursis, su contacto físico parecía no tener límites y volvieron a almorzar juntos en la azotea cada vez que Jimin no tenía junta con el consejo estudiantil. Incluso, Jungkook comenzó a ir nuevamente a ver las prácticas de fútbol una vez Jimin le dejo saber que no tendría problema alguno con ello y que más bien, era agradable verle por ahí. Todo era bastante igual en su relación, excepto que, ninguno de los dos era capaz de dar el paso y besar al otro nuevamente, aun cuando estaba bastante claro que los dos estaban esperando que aquello pasase.

Jimin hundió su cabeza en la mesa del salón mientras oía el eco de la profesora de historia retumbar en sus oídos. Realmente, el chico no le había prestado demasiada atención desde que la hora comenzó y tampoco pensaba hacerlo por lo que quedaba de ella. A su lado, Taehyung sobaba su espalda con cariño mientras veía al pelirosa soltar suspiro tras suspiro al aire, como si esta manera sus problemas fueran a resolverse. Una mesa más adelante, Hoseok le miraba de reojo a ambos, igual de preocupado que Taehyung por la actitud del más bajito de los tres. Desde que había hecho las paces con Jungkook todo había ido relativamente bien, por lo que los dos mejores amigos de Jimin se alarmaron cuando vieron al pelirosa llegar y divisaron una chispa de preocupación en su rostro. Minutos más tarde cuando escucharon a su mejor amigo contar que se había levantado con un presentimiento extraño en el pecho, las alarmas de ambos no hicieron más que retumbar más fuerte dentro de ellos.

Resultaría absurdo para algunos, pero Taehyung y Hoseok habían crecido junto a Jimin y por muy raro que pareciera, cada vez que el chico presentía algo raro, era porque algo que les involucrara a alguno de los tres estaba por pasar.

Cuando tocó la segunda hora, los tres suspiraron tranquilos al notar que nada había ocurrido con ninguno. Cambiaron de puestos como usualmente lo hacían para la segunda hora y esta vez, a Jimin le tocó sentarse junto a Hoseok mientras que Taehyung les veía desde un puesto más adelante. La sensación seguía en su pecho, pero al parecer, la segunda hora tampoco deparaba algo interesante para ellos y volvieron a suspirar de alivio cuando la clase de inglés terminó y le dio paso a economía. Volvieron a parlotear un rato mientras llegaba la profesora al aula y una vez más, rotaron de puestos, quedando esta vez Jimin solo. Bueno, realmente no estaba solo, compartía mesa con uno de sus compañeros, pero este no era tan cercano a ninguno de los tres. La hora de economía transcurrió con normalidad mientras que Jimin volteaba cada cuánto su mirada a sus amigos y soltaba una que otra risita al ver la clara tensión que había comenzado a crecer entre ambos.

First Times ミ⚘ 𝐾𝑜𝑜𝑘𝑚𝑖𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora