-No mires a otro hombre, Lisa. Te lo advierto, no soy de tener paciencia. Eres mía, tienes que entenderlo.-miró aquella muchacha amable y sincera, y muy hermosa, ella tenía miedo de cómo reaccionaba su prometido. Se acercó a la muchacha, la tomó de...
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Era él....mi pequeño, que ahora está bastante grande. Él es..
—¿Ji-hoon?—pregunté sorprendida.
—El mismo, Panpriya.—esa sonrisa perfecta que tenía de niño seguía ahí, él dejó huella en mi vida, más bien dicho en mi corazón.
—¿Qué hacés aquí?—ríe él.
—¿Es qué no te alegras de verme, pequeña?—me acerco más a él y yo lo abrace. Realmente ahora necesitaba un abrazo.
—No, no es eso—negué cabizbaja—sólo me sorprende verte aquí, Honnie.
—¿Qué hacés aquí?—preguntó ahora él—Yo te reconocí con eso ver tu cabellera castaña.
—Paseaba por aquí—respondí.
—¿Creés que me tragare ese cuento, Panpriya?—lo mire confundía—te conozco muy bien, chica.
—En serio, solo caminaba por aquí—sonreí—¿Cómo está tu madre?—quize cambiar de tema rápidamente.
—No creas que me comeré tu comenta, Lisa—se veía serio, él no acostumbraba a verse así—Mi madre está bien. Le encantaría una visita tuya, ¿por qué no vienes conmigo a casa?—lo pensé unos segundos, quizás ellos podrían despejarme de ésta realidad.
—Me encantaría, Honnie.—tomó mi mano y me llevó a un auto cerca de ahí. Y así, si se preguntan si también es un mafioso, pues sí, él es uno de ellos. Aunque él es diferente, bueno....al menos la última vez que lo vi él pensaba que todo esto estaba mal.
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—Jefe, ella no se encuentra aquí.—Tyler mi servidor más fiel hablo desde la puerta—Ella escapó—reí irónico.
—No me digas, no lo sabia—dije entre dientes—¡Ve a buscar a mi mujer!—grite—¡La quiero hoy mismo aquí!—
Lo mire y los guardaespaldas se miraban entre sí y eso me enfureció, ¿es qué estaban sordos?
—¡Traigan a mi mujer antes que de les vuele los sesos!—salieron corriendo de mi despacho y yo cerré los ojos con frustración. Son unos malditos incompetentes.
