-No mires a otro hombre, Lisa. Te lo advierto, no soy de tener paciencia. Eres mía, tienes que entenderlo.-miró aquella muchacha amable y sincera, y muy hermosa, ella tenía miedo de cómo reaccionaba su prometido. Se acercó a la muchacha, la tomó de...
Ha pasado un día desde lo sucedido con Jungkook. Me encuentro aún en shock, ¿cómo no? Mató a mi mejor amigo...en mi puta cara. No sé qué hacer. Mis sentimientos son raros, no lo quiero...pero a la vez lo necesito. Él no ha estado en casa, se ha ido. Y la verdad es que es un alivió para mí. Ana: su cocinera, ha estado hablando conmigo. Es la única persona, al menos aquí, que es normal. Los guardias no se atreven a siquiera mirarme, jodidos maricas.
—¿En qué piensas, mi niña?—Habla nana; la cocinera.
—Si supiera lo difícil que es para mí verlo—solté un suspiro—, ha matado a mi mejor amigo. No puedo verle la cara. Y no sé qué hacer, nana.
Ella suspira, sabe que no puedo hacer nada. Conoce cómo es la ley de la mafia. No puedo salir de aquí, y si lo hago, sería muerta.
La puerta se abre. No quiero levantar la mirada, sé muy bien que es él. Antes de que comience a mover los labios, mis pies se mueven al compas, tratando de escapar. Antes de poner un pie en la salida de la cocina, siento sus dedos detener mis pasos. Un escalofríos me recorre de pies a cabeza.
—Te he dado suficiente espacio—cierro los ojos, tratando de tranquilizarme. ¿Cómo se atreve a decir eso?—, necesitamos hablar.
—¿Tienes el descaro de venir con esa mierda?—lo miro. Está tratando de calmarse, lo sé—No quiero hablar contigo. Eres un puto loco.
Levanta las cejas, sus dedos hacen presión en mi brazo. Joder, otra pelea más.
—Cariño, no se trata de querer—su sonrisa irónica se asoma, maldita sea—, vamos a hacerlo, quieras o no.
Lo admito, sus palabras me ponen los pelos de punta. Odio su efecto en mí.
—Déjame en paz. ¿No te fue suficiente matar a mi mejor amigo, eh?—me solté como pude. Sus ojos se oscurecieron—Eres un maldito loco. No voy a ir contigo. ¿Por qué no me dejas en paz?
—Escúchame bien—me acorraló contra la pared, sus labios a centímetros de los míos—, nunca te dejaré en paz. Lamentablemente, eres mía. Ya te lo dije—se acercó a mi cuello—, soy un maldito egoísta. Eres mía, hasta que viva, y cariño, espero vivir demasiado.
Beso mi cuello y se dio la vuelta. Mis emociones están suba y baje. Quiero llorar, pero a la vez lo necesito.
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Hi! Voy a dejar un poco de esto. Seguiré con el capítulo, editándolo. Perdónenme, les he abandonado. Les quiero🫶🏼
