Pasos decididos se alejaban de la oficina del Ministro.
Hermione había ido allí a avisar que nadie la había secuestrado y que -obviamente- no estaba muerta.
Su versión de los hechos era que había estado teniendo dudas de si casarse o no con Harry ya que no estaba segura de que él la amara.
Le había dicho al Ministro que al cumplir un año si Harry la seguía buscando ella volvería y se casaría con él. Pero al ver que rápidamente corrió a los brazos de otra persona volvió antes ya que no había razón para seguir con su teatro.
Le parecia mejor que la idea de Draco.
Recibió un regaño muy fuerte por supuesto. Por poco y Kingsley no le decía hasta de lo que se iba a morir.
También presento su renuncia - que de nada sirvió puesto que ya tenían a otra persona en su lugar de todos modos- y luego fue directo al departamento de transportes mágicos. Con destino a Francia.
°°••°°
Ella apareció al lado de un árbol de manzanas verdes. Y allí, de pie, al lado de este se encontraba Draco.
Él le sonrió y ella corrió hacia él feliz.
- Necesitamos hablar- murmuró ella- debo ir a un psicólogo.
Observó a Draco y lo vio palidecer levemente así que se apresuro a aclarar.
- No me malentiendas, Draco, lo que quiero es que se me quite esto que tengo- se agarro la cabeza con ambas manos- los dos sabemos que estoy enferma. Lo que siento no es del todo amor, tengo síndrome de Estocolmo, Draco, mira se que puedo llegar a amarte, pero, necesito que hagamos esto de manera sana. Salir a citas, contarnos cosas, ir de a poco y crear una relación bonita y sobre todo sana.
Durante unos minutos él no dijo nada, simplemente la miraba, hasta que finalmente:
- Hay un sanador mental que atiende muggles y magos si es que a eso te refieres con sicolocos.
- Psicólogos- corrigió.
- Ya lo se- sonrió Draco- sólo quería molestarte.
°°••°°
Tres meses habían pasado, hace un año exactamente había anunciado su compromiso con Harry.
De vez en cuando se carteaba con él.
Al parecer en El Profeta había salido lo que de su desaparición era una prueba de amor para Harry y este no pudo superarlo.
Se sintió un poco culpable al recibir su carta y leer como se disculpaba por, en palabras textuales, <Haber sido tan débil y no resistir a la tentación>. Pero cómo el decía. No pudo resistirse y seguirla buscando. Ninguno de los dos pudo.
En cuanto a Draco desde hace tres meses ya no se veían.
El Dr. Valente le había recomendado durante tres meses alejarse totalmente de él. No cartas. No verse por la chimenea. No saber nada del otro.
Al parecer el síndrome de Estocolmo no necesitaba ningún tratamiento en especial. Sólo debía alejarse un tiempo de su captor para así desaparecer <los sentimientos benévolos hacia el secuestrador>.
Mañana era sábado y se cumplían oficialmente los tres meses de no haber visto al rubio.
Y si, el Doctor tenía razón, Hermione ya no tenía la necesidad de ver a Draco a cada rato, sabía que estaba bien y era lo importante.
Ahora sabía que no lo amaba ni estaba enamorada. Sin embargo sabía que serían una buena pareja. Haber estado meses encerrada con Draco debio servir para conocerlo un poco.
Al llegar la media noche y cumplirse oficialmente tres meses ella ato una carta a su nueva lechuza de nombre Tin.
La había conseguido de la oficina de correos de Francia.
- A Draco Malfoy- le susurró a su lechuza y le dio una pequeña caricia antes de que se fuera.
Treinta minutos después su lechuza llegaba con la misma carta atada.
Hermione se asusto un poco. Quizás Draco ya no quería nada con ella.
O quizás estaba dormido. O quizá...
Abrió su carta y justo debajo de su propia pregunta había una respuesta.
Ella soltó una pequeña carcajada- Maldito hurón flojo.
Lo invito a una cita oficial a un parque y luego a una heladería.
H. Granger.
Acepto una cita oficial al parque y luego a la heladería.
D. Malfoy.
°°••°°
Al día siguiente al ambos verse no sabían como reaccionar.
Se sonrieron y ambos susurraron un <Hola>.
En la mañana Hermione le había enviado la dirección del parque en el que se verían.
Hablaron de todo un poco.
Draco había comenzado a ir a terapia con Valente también y estaba muy cambiado.
- ¿Que haces para vivir?- le pregunto él - No quisiste aceptar mi dinero.
Ella sonrió, él quería encargarse de todos sus gastos y ella nada más quedarse allí, existiendo.
Claro, como si no la conociera.
- Trabajo en el Departamento de Leyes aquí en el Ministerio ¿Y tú? ¿todo bien en tu negocio familiar?.
- Si, todo bien hasta ahora, Theo y yo nos las arreglamos ¿cómo hiciste para entrar al Ministerio aquí? Es muy difícil- se sorprendió.
- Cuando mandan una carta recomendada de parte del Ministro y del Elegido no lo es- rio.
Draco se mostro un poco incómodo y ella le agarro la mano para calmarlo. Debía estar un poco celoso.
- Y mucho menos para la mejor bruja de su generación- añadio él finalmente.
Luego los dos se quedaron callados. Se habían extrañado mucho. Se quedaron observando se mutuamente.
°°••°°
Si soy bien estúpida jajaja.
No se preocupen enseguida subo el capítulo final.
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Sindrome de Estocolmo (DRAMIONE)
FanfictionNo se que fue lo que sucedio, pero en algún momento el plan cambio, en vez de haber escapado me encontre queriendo regresar a casa con él.