CAPITULO 26
-Eres muy franco -miró hacia afuera porque estaba cohibida, a pesar de su edad y experiencia.
-No me ando con rodeos acerca de nada -respondió-. Creo que soy muy sincero, aunque hasta la fecha no he conocido a una mujer que también lo sea.
-Tu madre me dijo que... -dejo de hablar al comprender que había estado a punto de divulgar una confidencia.
-¿Te ha contado todo o no has sido tan privilegiada? –preguntó con amargura y sarcasmo.
-Lo siento, es algo que no me incumbe y no he debido mencionarlo.
-¡Dios! ¿Ya no existe nada sagrado? -aspiró el siempre presente cigarrillo y aceleró.
-Janet pensó que quizá me ayudaría a comprender mejor las cosas -respondió quedo.
-¿Te ha ayudado?
-Sí, todo ha quedado explicado -le sostuvo la mirada.
-Le odiaba -comentó y disminuyó la velocidad porque se acercaban a la pista-. Le odiaba antes de que aquello ocurriera. Le conocí bien antes que ella, pero, a pesar de eso, mamá se negó a abandonarle.
-Dicen que el amor encarcela a la gente -murmuró ________.
-¿Amaste a tu marido? -sonrió burlón.
-Creí que sí -respondió-. Era encantador, muy encantador... Entonces, yo era tímida y me sentí halagada por el hecho de que un hombre tan apuesto se interesara por mí. Yo heredaría mucho dinero.
-Lo recuerdo -habló con amargura y fijó la vista en el avión lejano, rojo y blanco, marca Piper Navajo. Vio a un mecánico que revisaba el aparato-. Cuando eras adolescente nuestra propiedad disminuyó mucho su valor.
-No lo sabía. También Dennis tenía problemas económicos. Yo tenía dieciocho años, era ingenua y cada vez que él me besaba me emocionaba. Luego, después de casarnos... -se estremeció-. ¡Dios, a pesar de haber leído mucho, no imaginé lo que los hombres esperaban de una mujer en la cama!
-¿Qué fue exactamente lo que él te pidió?
-No puedo decírtelo -________ se ruborizó.
-No importa, creo que lo adivino -entorno los ojos.
________ no cesaba de observarse las manos entrelazadas. Era sorprendente que fuera tan fácil hablar con Kellan de temas tan íntimos.
-Como me quedé petrificada, él me acusó de ser frígida... Desde aquel momento, las cosas empeoraron. No me importó mucho que él saliera con otras mujeres; fue casi un alivio, aunque mi orgullo quedó muy herido. Quise abandonarle, pero descubrí que estaba embarazada.
-Le soportaste mucho tiempo -comentó.
-Mi madre todavía vivía -respondió-. Ella siempre me había organizado la vida y temía hacer algo en contra de su voluntad… Dijo que el divorcio produciría un escándalo y que nadie en la familia se había divorciado. No la deshonré. Al morir ella el asunto ya no tuvo importancia. Ya no tenía dinero ni amistades sociales que se pudieran escandalizar por lo que hiciera.
-Has dicho que tu hija le tiene pavor -le recordó.
-Es fácil herir a Becky y él la aterroriza. Dennis bebe mucho -suspiró-. La última vez que Becky le vio, ella hizo algo que le irritó y la golpeó. Desde entonces, le tiene miedo.