CAPITULO 27
Kellan masculló algo que la cohibió y luego frenó junto a la pista.
-¿Entabló una demanda para obtener la patria potestad? -preguntó mirándola.
-Sí.
-Cuando lleguemos a San Antonio iremos a hablar con tu abogado-abrió la puerta del coche-. Y si no me parece eficiente, contrataremos al mío.
-Espera un momento -comenzó ________ cuando él se acercó para ayudarla a salir.
-Espera tú -replicó después de ayudarla y mantenerla frente a él-. Si esa niña está en mi propiedad, la responsabilidad de su bienestar es mía. De hecho, también tú lo eres. Y hasta que no os vayáis del rancho, ¡las cuidaré a las dos, aunque eso no te guste!
-¡Eres un texano pendenciero! -le acusó y sus ojos chispearon como no lo hacía desde hacía tiempo.
-Anda, discute conmigo -esbozó una sonrisa-. Haz una escenita y cuando me irrites de verdad, tendrás que atenerte a las consecuencias.
-Eres un machista -murmuró al comprender lo que él estaba pensando.
-No cabe la menor duda de que soy un hombre cabal –repuso sin mostrarse arrepentido-. Anda, cariño, haz una escena.
Parecía que eso le agradaría y ________ recordó lo sucedido en el patio del rancho cuando la apoyó contra el árbol y la besó. Se ruborizó.
-Eso es justo lo que haría, pequeña mojigata -los ojos le brillaron de diversión-. Pero iría más lejos, haría algo más que sólo besarte y no lo haría enfadado ni de mal humor... Te agotaría, te acostaría y cuando terminara me desearías durante el resto de tu vida.
-Eres un asno presumido -habló con claridad.
-¿Eso soy? -rió quedo-. Al parecer, señorita ________, has olvidado cómo reaccionas conmigo. Siempre te pones nerviosa cuando me acerco, incluso a los dieciséis años -la miró de arriba abajo-. A mí siempre me has parecido muy hermosa, sobre todo, en traje de baño y con tu largo pelo suelto... ¿Por qué te lo cortaste?
-Me daba un aspecto muy juvenil para mi edad -suspiró y sonrió-. Además, en el verano, hace mucho calor.
-¿Te escandalizarías si supieras que solía soñar con que enredaba mis dedos en él? …También te imaginaba acostada sobre él, en una de las hamacas que teníamos alrededor de la piscina.
________ se ruborizó de nuevo, pero no desvió la cara.
-¿De verdad?
-Se convirtió en algo más que turbador, sobre todo porque tenía en cuenta nuestra diferencia de edad -asintió-. Seré muy franco, ________, me tranquilicé cuando dejaste de ir a ver a mis hermanas. Me causaste algunas noches de insomnio.
-Escuchaste lo que le dije a Janet, ¿no? -preguntó de pronto-. Sabes que me tenías encandilada.
-Sí, pero ya lo sabía y eso fue lo que más me preocupaba. Me mirabas con ojos empañados, llenos de deseo. Yo sabía que podía lograr lo que quisiera contigo y que me lo permitirías…. Eso me atormentaba.
Era cierto porque ella había soñado que él la besaba y la amaba.
El corazón dio un vuelco en su pecho. Se preguntó qué sentiría si hacían el amor.
-Más vale que iniciemos el trayecto -no advirtió la conmoción reflejada en los ojos de ella-. Adelante.
Le ofreció la mano y esperó a que ella la aceptara.
________ cedió porque le conocía bien. Él moriría antes de dar su brazo a torcer. Incluso, admiraba esa característica en él. Se estremecía cuando se rozaban. Permitió que él le estrechara la mano mientras se preguntaba cómo lograría evitar que él tomara las riendas de su vida y de la vida de su hija. Al acercarse al avión pensó que era extraño que se sintiera tan bien a su lado...
Iniciaron el vuelo y ________ dejó de pensar en el asunto.