CAPITULO 9
Él se detuvo junto al coche y Janet salió gritando de placer para abrazarle con esa alegría innata en ella.
Pero él dio un paso atrás.
-¡No lo hagas! -tronó haciendo una mueca. Se llevó una mano a un costado y contuvo el aliento-. Me ha mordido una serpiente cascabel y el brazo todavía está hinchado. Pasarán días antes de que pueda volver a trabajar como antes... ¡No necesito que también me lo rompan!
-Lo siento, querido... -murmuró Janet acongojada y dolida.
-No puedo montar, no puedo viajar en los malditos camiones y no puedo pilotar el avión -miró a Janet como si ella fuera la culpable de todo-. Landers tiene que llevarme a todas partes. He estado más enfermo que un perro y me han alimentado exageradamente.
-Lo siento, estás muy pálido -murmuró Janet preocupada-. Debe dolerte mucho.
-Viviré -miró a la mujer más joven, levantó la barbilla y entorno los ojos.
Pensativo, frunció el ceño cuando ________ salió del coche y ella le vio los ojos.
________ tuvo ganas de darse la vuelta y salir corriendo a causa de la expresión que no le daba precisamente la bienvenida.
Él tenía una parte de la nariz un poco hundida, como si se la hubieran roto. Las cejas negras a diferencia del cabello rubio, y sus ojos eran tan penetrantes como sólo pueden ser los ojos azules.
No era apuesto, aunque su cara tenía personalidad y su cuerpo era tan sensual como el de una estrella de cine. Era el hombre de sus sueños, en carne y hueso. Pero ________ no se sorprendió de que ya tuviera treinta y ocho años y de que no se hubiera casado. Se necesitaría a una mujer fuerte, a una mujer fiera para un hombre como ése. Se estremeció al pensar en lo que él esperaría de una mujer en la intimidad.
El sentimiento debió ser mutuo porque la mirada de él expresó mucho. ________ imaginó que él la consideraba muy de ciudad por la camisa de encaje, el pantalón blanco y las elegantes sandalias que llevaba puestos. Debía haberse puesto un pantalón vaquero como había pensado al principio.
¿Por qué se había acicalado tanto?
-Kellan, ¿recuerdas a la hija de Mary, ________ Turner? –preguntó Janet.
-La recuerdo -contestó con franco desinterés y ________ notó que él arqueaba las cejas un momento.
-Me alegra... volver a verte -tartamudeó ella.
Él asintió, pero no respondió a su saludo. Sin perder tiempo, la olvidó e, impaciente, se volvió hacia su madre cuando un camión con el logotipo del rancho se detuvo a pocos metros de distancia.
-Espero una llamada importante de Cheyenne… Si llaman y no estoy, por favor diles que me llamen a las cinco.
-Por supuesto, querido -asintió Janet-. Lo siento si he venido en mal momento...
-¿No lo haces siempre, mamá? -preguntó sonriendo con frialdad-. ¿No es mejor Europa para ti que el polvo y el ganado?
-He venido a verte -repuso la mujer con un dejo de orgullo.
-Volveré pronto -se dirigió hacia el camión e hizo una mueca cuando subió al vehículo y cerró la puerta sin aceptar la ayuda del vaquero.
Se alejaron rodeados de una nube de polvo.