CAPITULO 31
-Somos personas a quienes han herido -murmuró ________ enternecida como una flor que se abre a percibir vulnerabilidad en la voz de Kellan.
Él comprendió y su movimiento de cabeza afirmativo fue más elocuente que cualquier palabra. Le rozó los labios con la yema del dedo.
-Ven aquí y bésame.
Kellan se inclinó y ________, sin titubear, se puso de puntillas y obedeció.
Era la primera vez que ella tomaba la iniciativa con un hombre, pero Kellan hacía que todo fuera fácil y normal. ________ se sintió como si todavía tuviera dieciséis años.
-Kellan -murmuró aferrada a él.
________ sintió que le sujetaba la cabeza y que le besaba los labios, pero de pronto, él se volvió y ella no pudo ver qué efecto había causado en él. Sin embargo, cuando Kellan dejó la copa en la mesita para encender un cigarrillo, ella notó que las manos de él no estaban muy firmes.
-Eres dinamita -comentó ella pasmada.
-Tú también -se volvió y dejó vislumbrar deleite en la mirada.
La sonrisa de Kellan fue genuina, sin rastros de burla o sarcasmo.
Encendió el cigarrillo y le escudriñó los ojos.
-¿Serás franca conmigo de ahora en adelante? -preguntó-. Porque debo advertirte que es peligroso.
-¿Decir la verdad?
-Decirme la verdad sobre lo que sientes cuando te toco –le informó-. Dios mío, me parece que voy a estallar a tu lado, ________ -añadió con fervor-. Nunca imaginé que sería así.
-Yo tampoco -murmuró enternecida-. Solía... -calló, horrorizada por lo que había estado a punto de revelar.
-Solías, ¿qué? -la incitó al acercarse a ella-. ¿Solías qué, cariño? -repitió y le tocó los labios con gentileza.
-Solía soñar despierta contigo -murmuró y bajó la mirada al pecho de él-. Soñaba que me besabas.
-No fuiste la única -le alzó la barbilla-. La realidad es devastadora. Imagino que no sentías lo mismo con tu ex-marido.
-Nunca le deseé físicamente. Supongo que él lo sabía... ¿lo saben los hombres? -preguntó con mirada melancólica.
-Yo sí me daría cuenta porque es difícil fingir tanto.
-Él nunca consiguió excitarme y eso empeoró la situación. Dennis tuvo muchas amantes y, pasado un tiempo, intenté que eso no me importara.
-¿Por qué te casaste con él?
-Me divertía con él -se encogió de hombros-. Me llevaba a pasear y me prestaba atención -sonrió con tristeza-. Ningún hombre lo había hecho, al menos, no de igual manera.
-Yo pude haberlo hecho -habló muy quedo y su expresión turbó a ________-. De no haber sido tan jovencita, cariño...
