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Conocía a NamJoon de años, desde que eran pequeños se habían vuelto bastante unidos.
Y todo empezó con un profundo y primer beso que SeokJin había experimentado con grandeza en su adolescencia, decidieron ser novios desde entonces.
Hasta ese día, donde SeokJin miraba por la ventana del auto que se suponía que lo llevaría al hotel donde NamJoon lo esperaba con ansias.
─Ya llegamos, joven Kim─ el chófer le sonrió a través del retrovisor y Jin le correspondió.
─Muchas gracias, Señor Choi─ le agradeció, justo después de que su puerta fuera abierta y lo ayudaran a salir.
Tanto SeokJin como NamJoon habían nacido prácticamente en cuna de oro. Y aunque el moreno le llevaba al rededor de seis años a Jin, el padre de éste último aprobó la relación que llevaban acabo y comenzó a esperar ansioso el día en el que quisieran casarse, no sabiendo en realidad que si eso sucedía significaría un futuro lleno de odio y sufrimiento por parte del menor.
Caminó hasta una bonita mujer con un muy elegante uniforme que lo recibió con una gran y hermosa sonrisa.
─Buenas noches. Estoy buscando a Kim NamJoon─ le dijo, mientras se recargada en la barra que los separaba.
─Claro que si─ respondió la mujer, para después poner su vista sobre el computador de enfrente, moviendo mágicamente sus dedos por encima del teclado. ─El señor Kim se encuentra en la habitación 213, si usted es el señor Kim SeokJin entonces lo está esperando─
─Muchas gracias, señorita─
─¿Trae equipaje? Podemos llevarlo a su habitación─
─No, gracias. No pensaba quedarme mucho tiempo aquí─
Y la mujer, aún con la sonrisa en su rostro asintió, para después hacer una reverencia y SeokJin se giró para caminar hasta el ascensor.
─Hola, hermoso─ con apenas unos cuantos golpes en la habitación, su atractivo novio le daba la bienvenida al cuarto.
─¡Nam hyung! ─ sin esperar más, se lanzó hacia los brazos del mayor, quien lo sujetaron con fuerza. ─Lo extrañé mucho─
─Y yo te extrañé a ti, amor─ el moreno sonrió como solo lo hacía con él. ─Ven, quiero que veas algo─
Lo tomó de la mano invitándolo a pasar al lugar, y sin ningún momento soltarlo, lo llevó hasta un amplio balcón, en donde al abrir al cortinas, la bella cuidad de Seúl que se mostraba en todo su esplendor.
Los pequeños ojos de SeokJin brillaron ante tal escenario. Un cielo despejado de estrellas, junto a aquellos edificios luminosos, y aquellas carreteras con autos y luces, que hacían que SeokJin sonriera.
─Jin─ lo llamó su novio, pero tuvo que agachar la mirada, cuando se dio cuenta que el mayor se encontraba con una rodilla en el suelo.
Sus ojos se abrieron grandes igual que su boca, y llevó ambas manos por encima de su pecho, presenciando que en las manos morenas del mayor, se encontraba una pequeña caja de terciopelo negro, y dentro de ella lucía un bonito anillo, delgado y fino, color plateado, con un pequeño diamante incrustado.
─¿Quieres casarte conmigo? ─ con una sincera sonrisa plasmada en su rostro.
─Oh, NamJoon─ lloriqueó, llevando las manos a su boca tratando de retener la alegría que llevaba dentro. ─S-si, quiero casarme contigo─
Y NamJoon tomó una de las delicadas y bellas manos de SeokJin, poniendo el anillo en el dedo indicado, en un claro signo de que pronto se unirían para siempre.
Hasta que la muerte los separe.
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