Capitulo 8

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—Gumball, ¿para qué viniste?—preguntó Fiona. Apoyándose en uno de los sillones. 
—Amm… bueno, te quería invitar a venir conmigo a un lugar—respondió, nervioso, balanceando uno de sus pies sobre el otro.
—¿A dónde?
—A caminar por el bosque.
Ella quedó pensativa por unos segundos. 
—No tengo otra cosa que hacer, supongo que podríamos ir—contestó, inocentemente, con una sonrisa tierna.
Gumball se sonrojó. Cake lo notó y rió por lo bajo. Se acerco a Gumball y le susurró en el oído:
—Querido, ella ya tiene novio.
Él se entristeció, pero aún así estaba dispuesto a ganarse de vuelta el corazón de Fiona. La miró, tratando de transmitir indiferencia y ambos salieron de la casa, dirigiéndose al bosque. 
Cuando se sentaron en el asiento frente al lago, Gumball tenía muchas cosas pasando por su cabeza, todas relacionadas de alguna forma con Fiona. ¿Cómo será su novio? ¿Podré tener a Fiona? ¿Ella aún me ama, siquiera un poco? Pregunta tras pregunta, sentía como si su cabeza fuese a explotar. Fiona parecía concentrada en las ondas del lago, pero le dirigía miradas curiosas de tanto en tanto.
Gumball sintió que alguien lo miraba con malas intenciones. Dio vuelta la cabeza en círculos tratando de encontrar el origen, pero no vio a nadie en la semioscuridad del bosque. Al mirar a Fiona, notó que no se había puesto nerviosa. De hecho… estaba riendo.
—Marshall, es solo un amigo.
Gumball sintió cómo su cara enrojecía de rabia. 
—¿Un amigo?—se escuchó un leve murmullo.
El vampiro salió de la oscuridad velozmente y abrazó a Fiona, sacándola del asiento, mientras lo miraba a Gumball desafiante. Fiona se ruborizó. Los brazos de su novio la apretujaban posesivamente contra su cuerpo. 
—Hola—dijo Gumball, tímidamente. Pero luego lo miró mejor y comenzó a temblar.—¿Vam-vampiro?
—Si. El es Marshall mi novio—contestó Fiona.—Y el es Gumball, mi amigo.
—Hola—Marshall contestó sin soltarla.
Esa palabra otra vez, “amigo”. Gumball se despidió y se fue rápidamente, con la cabeza gacha.
—Novio, ¿eh?—preguntó Marshall, lascivamente. 
—¿Me puedes soltar?
—Y… ¿por qué ya que estamos acá, no te muestro mi casa?
—Esta vez, ¿si puedo tener alguna otra opción?
—No.
—Pues, vamos.
****************
Había perdido a Fiona por un vampiro. Sin embargo ya encontraría la manera de conquistar a su dama, no estaba dispuesto a rendirse. Caminaba hacia su casa lentamente, pensativo y triste, tratando de convencerse de que había perdido la batalla, pero no la guerra. 
Sintió el ruido de tacos de mujer en el pavimento acercándose, y se puso nervioso. No se veía a nadie en la calle solitaria. Cada paso que escuchaba resonaba como un eco. Se detuvo y a su lado pudo ver una mujer encapuchada mirándole con ojos penetrantes y escalofriantes. 
—Hola—dijo la mujer, acercándose lentamente a la luz, dejándose ver mejor—. Me llamo Ashley, un gusto conocerle. 
****************
Marshall estaba muy entusiasmado. De él emanaba una sensación perversa, algo que incomodaba a Fiona. Ella trataba de llenar el silencio con palabras, pero aún así no podía evitar estar nerviosa.
—Y… ¿ya llegamos?—preguntó Fiona. Miraba hacia los costados inquieta, con una sonrisa de lado.
—Si—respondió, agarrando con fuerza su brazo. Flotaba velozmente, manteniendo la velocidad, para que ella pudiese alcanzarlo corriendo. 
En un momento se detuvo para señalar una cueva inmensa frente a ellos. Esta estaba sumida en la negrura, debido a su profundidad. Se adentraron en ella, y de a poco la oscuridad se fue disipando. Marshall se detuvo, dejando a Fiona, que miraba asombrada hacia adelante. Se encontraban en medio de un paisaje hermoso. 
Se podía ver una cabaña pintoresca al lado de un lago centelleante y cristalino. El lago brillaba reflejando las luces que provenían de la cabaña. Al brillar, le daba un toque mágico, sumado a su misma transparencia.
—¡Que lindo lugar!—exclamó Fiona. Salió corriendo directo al lago. Se agacho y metió su mano dentro del agua. 
El vampiro la miraba con una sonrisa cariñosa, pero casi de inmediato se volvió maligna. Fiona miraba con ojos brillosos al lago, hasta que sintió como la empujaban y caía al agua. Estaba muy molesta, Marshall la había empapado toda. 
—¡¿Por qué me empujaste al agua?!
—No lo sé.
Este parecía hacerse el distraído mientras conducía a una Fiona confundida a su cuarto. Ella chorreaba agua por donde pasaba, pero seguramente iba a valer la pena, Marshall se aseguraría de eso. La metió en su dormitorio y cerró la puerta con seguro. 
—¿Este es tu dormitorio?
—Pues… si.
—Marshall, ¿me puedo bañar?
El la condujo al baño de su cuarto y esperó a que ella abriera la canilla. Miraba a la puerta con una mirada divertida, pero a la vez sombría. Estaba más emocionado que nunca, no podría esperar a que su novia saliera de la ducha. Todo estaba preparado.
Después de un rato ella salió del baño. Estaba envuelta en una toalla y otra cubría su cabeza. Sus curvas perfectas se notaban debajo de la toalla, que apenas tapaba sus pechos. 
—¿Tienes algo que me pueda poner?—preguntó ella, distraída.
—No creo que sea necesario.
Rápidamente la acostó sobre la cama. Le quitó la toalla del cabello y del cuerpo, dejándola completamente desnuda. Era muy similar a la vez anterior en la que estuvo en su casa. Pero esta vez, ella era mayor y estaba desnuda ante el. Fiona se sacudía asustada tratando de salir de abajo de Marshall. Sus brazos estaban sueltos y con ellos golpeaba la espalda del vampiro con toda la fuerza que tenía. 
— S-suéltame.
Se dirigió a sus pechos firmes y los besó con reverencia. —Eres realmente hermosa. 
—¡Basta Marsh…!—la calló con un beso, introduciendo su lengua dentro de su boca. Ella se derritió en sus brazos, y toda resistencia desapareció.
—Nadie te lastimará, no te preocupes—le susurro al oído, para después mirarla con calidez y dulzura.  Ella asintió nerviosa. Así que por esto la había tirado al lago...

Un amor envuelto en sangre *cancelado*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora