D O S

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—Jimin, sé que querías ir a la audiencia, pero Namjoon dijo que

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—Jimin, sé que querías ir a la audiencia, pero Namjoon dijo que...– el castaño le miró mal.

—Que no puedo hacer esfuerzos, ya lo sé, papá.

El alfa se sentía impotente, sus heridas siempre sanaban rápido pero justamente ese día no parecían tener avance, además de que toda esa situación le tenía con los nervios de punta, quería saber de BonHwa, tenerla nuevamente en sus brazos y ser feliz a su lado. Su padre le miró con lástima y se acercó a él para acariciar su cabello con delicadeza.

—Tengo que irme, hijo – Yeon suspiró – por favor, quédate aquí. No quiero que tu madre te haga más daño.

—¿Por qué no la puedes enfrentar? – Jimin frunció su ceño – ¿Te importa mantener más tu estatus en la corte que defender a tu propio hijo?

—No puedo ir en contra de mi naturaleza, Jimin.

—¡Al diablo la naturaleza! – el alfa sintió como un nudo se formó en su garganta – ¡Yo soy el que está sufriendo las consecuencias de tu cobardía, papá!

—Yeon, es tiempo de irnos – SoRa se asomó por la puerta de la habitación de Jimin, sonrió con burla al ver una lágrima escaparse de los ojos de su hijo – ¿Y así quieres que te deje manejar un reino, Jimin?

—Es mi derecho...– susurró entre dientes mientras apretaba sus puños tratando de controlar su rabia – y mi destino.

—Olvídate de pisar el trono mientras yo siga viva – rió – no eres capaz de comportarte como un alfa de verdad, menos podrás tener a tu cargo algo tan complejo como una nación.

Tanto la alfa como el omega abandonaron la alcoba del castaño, una vez que su puerta estuvo cerrada, gritó con fuerza para después enterrar su rostro en su almohada, sus sollozos los intentaba esconder ahí, pero le fue imposible, todo era tan abrumador que no se creía capaz de soportar aquel sufrimiento de nuevo, había escapado de aquel círculo tan tóxico cuando la diosa Luna le dió una nueva oportunidad en otro mundo, pero ella ya no estaba para orientarlo o ayudarlo, era literalmente él contra los demás.

Pasadas alrededor de dos horas sintió un poco de apetito, así que con menos dificultad que el día anterior se levantó para ir a buscar algo a la cocina, quizás alguna fruta o un vaso de agua. Los trabajadores le reverenciaban deseándole una pronta recuperación, a lo que Jimin les correspondía con una sonrisa mientras asentía.

Al llegar a la cocina notó como todas las mucamas se movían de un lado a otro, supuso que su madre quería quedar bien dándoles a los parlamentarios un banquete para degustar posterior a las sesiones de la corte, así que sin molestar tomó una manzana del cesto que se encontraba en el centro de la mesa.

—Mi esposo las acaba de cortar del árbol, majestad – una Omega se acercó al chico con una sonrisa tímida – están desinfectadas y muy ricas.

—Y es verdad – sonrió masticando la fruta – el sabor es exquisito.

Origins of Love » PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora