Samira

Rosas de colores! (2)

Ambos están en el auto, Jagisalang está felíz, por fin llevará a Samira a su jardín.

A dónde vamos? Pregunta Samira...

Vamos a ir a mi jardín, responde Jagisalang, pero antes, pasaremos comprando comida, te parece?

Por supuesto! Responde Samira... Pero dime Jagisalang, que compraremos para comer?

Compraremos lo que tú quieras, eres tú quien manda el día de hoy! Responde Jagisalang...

Samira se muerde el labio, enserio? Yo decido que comer... Pregunta de nuevo...

Jagisalang sonríe tiernamente, detiene el auto a la orilla de la carretera, voltea a ver a Samira, y le dice...

Mi hermosa Samira, se que estás acostumbrada a que los demás decidan por ti, incluso en lo que debes comer, nunca te preguntan si estás de acuerdo en las decisiones que toman, pero el día de hoy, no importa nadie más que tú... Tú decides que comeremos, pide lo que quieras, yo te lo daré... Ok.

Samira está realmente feliz, por fin alguien la dejaba ser ella misma, no es juzgada, humillada o ignorada... sin embargo la duda la invaden una vez más.

Jagisalang sabe que Samira está dudando nuevamente de lo que quiere hacer...

Dime, mi linda Samira, que quieres comer? Pregunta Jagisalang con un profundo amor en su voz...

Mmm que quiero comer?... Se acerca a su oído y le susurra... Prometes no reírte de mi? Dice Samira...

Jagisalang hace exactamente lo mismo... Le susurra al oído... Por supuesto... No me reiré, lo prometo!... Le contesta

Samira saca del bolso su teléfono, le muestra varias imágenes y le dice... Esto quiero comer!!!

Estás segura? Pregunta Jagisalang...
Pues no se diga más... Vamos a buscar lo que quieres comer.

Jagisalang pone en marcha el auto y continúan su camino, en busca de la comida que quiere Samira...

Ok. Hemos llegado dice Jagisalang... Le abre la puerta a Samira para que baje...

Entran al restaurante y ordenan la comida...

Se sientan en una mesa grande, mientras esperan que llegue lo ordenado...

Esto es lo que querías? Pregunta Jagisalang a Samira...

Si, esto es justo lo que quería, se que existe mucha comida deliciosa en el mundo, podría haber elegido otra cosa, pero yo deseaba esto... Perdona si no es lo que tú querías comer. Lo siento, responde Samira quien se siente apenada...

Samira, deja de disculparte y de sentir pena, te lo dije antes... Tu puedes pedir lo que desees, yo lo buscaré por ti...

Además me encanta lo que ordenaste, se ve delicioso... Comamos!!! Le dice Jagisalang a Samira...

Ambos comen, platican y ríen, Samira se siente cómoda al lado de Jagisalang...

Han terminado de comer, se levantan de la mesa y continúan su camino al jardín de Jagisalang...

Falta mucho? Pregunta Samira viendo que toman la ruta al bosque...

No te preocupes, ya casi llegamos, 5 minutos más y estaremos en mi casa.

Está bien, dice Samira, quien está ansiosa por conocer su jardín...

Jagisalang, continúa manejando, mientras le dice... Mi jardín es pequeño... Pero es lindo... Te gustará mucho...

No importa si es pequeño o grande, lo importante es sentirse cómodo en ese lugar, responde Samira...

Samira... Veo que te has puesto el brazalete que te obsequie, dice Jagisalang...

Por supuesto, es hermoso!!! Aunque me pasó algo extraño dice Samira...

Que pasó? Pregunta Jagisalang con preocupación en su voz...

Estoy segura que guarde todos tus obsequios, que por ciertos son hermosos.. muchas gracias... también guarde este brazalete en el joyero... Pero hoy cuando desperté, estaba en mi mesa de maquillaje, fuera del joyero... Dice Samira...

Además, anoche sentí mucho frío, agrega Samira...

Jagisalang queda en silencio un par de minutos, luego le contesta... No te preocupes hermosa mía, tal vez guardaste todo, excepto el brazalete.

Jagisalang está seguro que alguien entro a la casa, y él sabe perfectamente quien fué... Esto no se quedará así, te haré pagar muy caro el haber entrado a casa de mi chica!!! Dice en voz baja mientras aprieta con fuerza el volante del automóvil.

Hemos llegado Samira! Dice Jagisalang...

Wow! Esta es tu casa? Pregunta samira, quien está maravillada con aquel lugar...

Por favor baja del auto, te llevaré adentro...

Gracias! dice Samira, quien no deja de ver aquel lugar...