𑁍My Favorite Flower.❁-Shin Soukoku

🌸Cerezo y botones.🌸

El azabache se encontraba dormido cuando escucho como se abría la puerta solo haciendo que se quejara entre sueños.

El albino que se mantenía anónimo solo se quedó parado a un lado de la puerta esperando a que no se despertara para unos minutos pasados acercarse a dejar la carta y las flores de aquella vez, se sentía bien ver al azabache, aunque odiaba la idea de solo verle dormido.

Le hacía falta, lo extrañaba en sus clases, extrañaba las veces que acababan jalandose del cabello por ciertas bromas, extrañaba poder hablar juntos de regreso a casa, aún esos momentos algo incómodos por las riñas entre sus amigos de grados superiores, pero el punto era, le extrañaba.

"Tal vez una vez no haría daño..."

Suspiro antes de acercarse y comenzar a acariciar su cabeza, se quedaría ahí un rato hasta que despertara, dudaba que sospechara de el, si el mismo tardo meses en comprender la sensación que creaba en su pecho, esperaba que el contrario igual no sospechara, no estaba aún preparado para verle de frente.

Al sentir las caricias no paso mucho para que el azabache despertara mirando al albino con los ojos entrecerrados.

- ¿Jinko...?

Pregunto aún algo dormido sentándose en la cama rascando un poco sus ojos con su puño.

- ¿Qué haces aquí...?

El albino quitó su mano de la cabeza del azabache para poder contestar, mejor prefería que acabará de despertar.

- Pues, vine a verte para saber cómo sigues, creo que podría venir una vez a la semana.

Se encogió de hombros antes de girar su cabeza hacia la mesa, tal vez entorpeceria su plan almenos en cuanto tiempo, pero deseaba que hubiera alguna distracción antes de que se pusiera nervioso.

- ¿Esas son las flores que dijiste que te estaban dejando últimamente?

El azabache rápidamente se puso en sus cinco sentidos mirando hacia donde estaban las flores dando un pequeño asentimiento con la cabeza mordiendo por dentro su mejilla para evitar sonreír.

- Así es, supongo que denuevo vino mientras dormía.

- Es bastante lindo que alguien haga algo así, de seguro le toma bastante tiempo.

- Eso creo ¿Gustas leer la de está vez conmigo? Tal vez me ayudes a saber quién es.

Solo asintió, la sorpresa que sentiría el azabache si en ese momento se enteraba que era la misma persona a un lado suyo.

"De: Anónimo.
Para: Ryuunosuke Akutagawa.

Le pregunté a alguien y dice que debo comenzar las cosas de una forma más "coqueta" así que-

Hola guapo<3

Mis cartas son muy raras, creo que debería de dejar de escribirlas durante la noche o en clases, supongo que es cuando vienes a mi mente.

El día de hoy, la flor que te he traído son las flores del árbol de cerezo, fue algo difícil cortar las ramas y después hacerlos como si se tratará un ramo de flores comunes, así que, espero te gusten.

Debido a su breve florecimiento, la flor del cerezo, tiene un especial significado en el budismo. Se asocia con el carácter pasajero dude la belleza y la vida, con la temporalidad.  también se asocia al renacer y al ciclo dude transformación de la vida.
Aunque acá en Japón, la flor de cerezo también puede simbolizar la inocencia, la sencillez, la belleza de la naturaleza y el renacimiento que trae la primavera.

Nos conocimos cercanos a lo que era el invierno, lo tomo como el comienzo de nuestra amistad, tal vez como una forma de verlo igual como cuando en la primavera comienzan a aparecer los botones de las flores dando a entender que algo va a florecer, un sentimiento inocente y puro, bastante bello como para ser explicado con una carta, tardaría semanas escribiendola solo para ti. Aunque, en comparación a las flores de cerezo, me encantaría que nuestro amor sea duradero, me encantaría poder llegar a adultos y poder estar tomados de la mano, quiero que la belleza sea perpetuo y no efímero.
Te adoro demasiado...~

Atte; Anónimo."

Una vez el azabache acabo de leerla tenía una pequeña sonrisa en su rostro mientras el albino apretaba sus dientes ¿Eso quería decir que le había gustado?
La mirada del chico recostado paso por el albino hasta llegar a sus manos notando algunos cortes y algunos curitas en ambas que habían ocurrido mientras cortaba aquellas flores.

– ¿Qué te ocurrió en las manos?

El albino se sobresalto un poco ante la pregunta antes de solo sonreírle ampliamente mientras cerraba los ojos.

— Me lastime haciendo algo muy importante.