𑁍My Favorite Flower.❁-Shin Soukoku

💮Magnolias.💮

En este capitulo se hablara sobre como se conocieron Atsushi y Akutagawa dentro del AU de la historia, por si a alguien le surgue la duda.

Y justo deje las magnolias para este capitulo por que son de mis flores favoritas btw.

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Un albino se encontraba vagando por los pasillos de aquella gran institución, había entrado un año tarde, al menos mas que la mayoría de alumnos así que durante la mañana se le había dificultado un poco el entablar conversación con alguien pues ya todos tenían sus grupos hechos, a lo mucho logro hablar con un chico de cabello castaño y digamos que no fue una primera buena impresión el apenas llegar a aquel instituto ver a un chico intentando colgarse del uno de los arboles de cerezo.

Suspiro, solo intentando buscar la biblioteca ya que al menos ahí podría pasar el receso y la siguiente hora que tenia libre debido a que el maestro de matemáticas, Doppo Kunikida, había tenido que hacer un citatorio con los padres de un alumno pelirrojo que le aventó la libreta en el rostro al haberse frustrado al no entender las operaciones. 

Continuo caminando hasta que a lo lejos escucho a alguien tosiendo así que se acerco mas para ver si aquella persona se encontraba bien pero al ver como aquel chico que estaba de espaldas se recargaba sobre la pared y parecía que le faltaba el aire, no dudo en acercarse corriendo a socorrerlo. Tal vez destino, tal vez una mera casualidad, pero el albino había alcanzado a tomarle en brazos evitando que cayera de golpe al suelo. Rápidamente su paso se apresuro hacia la enfermería aunque era algo difícil llevando a alguien cargado en su espalda además de tener que cuidar que no se cayera, también los pensamientos que pasaban por su cabeza ¿Quién era el chico? ¿Llevaría rato sofocándose? ¿Por que si aparentemente era de su grado era bastante liviano? 

Llego a la enfermería solo percatándose que no estaba la enfermera o alguien encargado en caso de que llegara alguien, camino hasta una de las camillas dejando recostado al azabache evitando que pudiera lastimarlo solo comenzando a buscar en los cajones del escritorio de la enfermera alguna medicina que pudiera servirle en cuanto despertara aquel desconocido.

Pasaron solo algunos segundos antes de que el albino volviera a escuchar la tos girando su cabeza para ver que el azabache ya se encontraba despierto pero aun cubriendo su boca para evitar soltar demasiado ruido por el ardor que sentía al no poder respirar correctamente, el chico en la camilla al ver al albino solo le hizo una seña pidiendole un vaso con agua lo cual el albino hizo en cuestion de segundos, de uno de los bolsillos de su uniforme el azabache saco una caja con medicina la cual tomo junto con el agua haciendo que el albino se tranquilizara.

– ¿Quién eres?

Preguntó el azabache después de unos minutos en silencio, aún si no hablaba mucho con las demás personas de la escuela, sabía que ese chico era nuevo, tal vez era más observador de lo que le gustaría.

– Oh, cierto, una disculpa, soy Atsushi Nakajima, mucho gusto

Le extendió su mano a señal de saludo aunque el azabache solo se le quedó mirando algo extrañado, no era fan del contacto físico.

– Akutagawa, Akutagawa Ryuunosuke.

Respondió de forma algo fría, más de lo que le hubiera gustado, el albino casi sintió como si una brisa fría le hubiera chocado contra la cara, aunque las ventanas estaban cerradas.

– Ah, mucho gusto, Akutagawa.

– Eres nuevo ¿No es así?

Preguntó nuevamente arqueando su ceja, almenos lo que era visible de está. El albino dió un pequeño asentimiento con la cabeza.

– Eso lo explica.

– ¿Explica qué?

– Nada.

Fingió una tos para distraer al heterocromatico. Desde un inicio le pareció extraño que se acercara a ayudarlo más sabiendo que dentro de su mismo curso no tenía una muy buena fama por lo distante que solía ser con cualquier persona que no se tratará de un castaño suicida de un grado mayor o de su hermana menor, aunque está solo se le veía a la salida de la escuela ya que cursaba aún en el otro edificio de cursos menores.

– Disculpa Akutagawa.

– ¿Mandé, Jinko?

La cara del albino cambió a una tranquila a una que notaba un gran signo de interrogación plasmado al escuchar aquel apodo.

– ¿Ah? ¿Jinko?

El azabache solo levanto su mano para señalar el llavero de un tigre blanco que la mochila del albino portaba como albino.

– Te gustan los tigres ¿No? Pues, ahora eres Jinko.

No le importaba sonar grosero, su punto era que el albino le dejará en paz, de seguro se había saltado clases para cuidarlo y eso ya le parecía molesto.

– Supongo...

Dijo algo pensativo solo mirando el llavero en su mochila, no esperaba que eso le hiciera ganarse un apodo tan curioso y extraño. Regresó su mirada hacia el azabache solo intentando hacer esos pensamientos de lado, eso ya sería algo para después.

– Ah, pero eso no era lo que iba a preguntarle.

– ¿Entonces?

El azabache comenzaba a irritarle, no sabía si eran la luz entrando por la ventana, pero el albino parecía desprender cierto brillo, uno demasiado cegador y que hacía enfurecer al azabache.

– ¿En qué salón va? Creo que es de mi curso, pero no sé en qué salón vaya.

– El D.

La cara del albino pareció iluminarse aún más, haciendo que el azabache tuviera un mal presentimiento.

– Vamos en el mismo aula.

Y eso era lo que se temía el chico, no quería tener que aguantar a un chico que parecía comportarse como un niño energético cuando apenas aguantaba a sus compañeros.

– Si gusta puedo decirle al profesor que te encuentras en la enfermería descansando.

Casi fue como si la tensión en el cuerpo del azabache desapareciera, ya no iba a tener que aguantar al chico. Solo se recostó en la camilla dándole la espalda al albino.

– Bien, gracias.

El albino solo asintió sonriendo, aún no caía en cuenta que estaba siendo ignorado y echado de la habitación, se alejo de la camilla y tomó sus cosas solo poniéndose en marcha hacia su salón.

El azabache se quedó acostado hasta que se aseguró que ya se había ido solo sentándose en la camilla mientras suspiraba de forma pesada.

– Ese chico parece una maldita magnolia.

Y dicho eso se recostó en la camilla, almenos evitaría la clase de deportes.

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Las magnolias: flor de formas suaves y pétalos carnosos,es muy admirada por su hermosura y el hecho que es muy aromática.
Su nombre en náhuatl es yoloxochitl, que significa ‘flor del corazón’. Las blancas son símbolo de pureza; las rosas, de inocencia; las púrpuras, de suerte y salud.

Con esa comparación, Akutagawa se refiere a que ve a Atsushi como alguien que resalta mucho, aún si apenas le conocía, se dió cuenta que resaltaba tan solo en su comportamiento llegando a ser alguien sumamente inocente, algo que lo molestó un poco ya que se sintió mal de haberle echado de forma tan grosera.

Pronto intentaré hacer la parte de como se enamoraron, pero para eso estoy dejando a mi flor favorita.