Cactus

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Hay personas que se obsesionan con otras, que pase lo que pase estarán ahí, incluso cuándo tú hagas cosas que les duelan y se siembren dudas. Hay personas que tendrán ganas de abrazarte y tú no entenderás el por qué, intentarás evitar que lo haga; pero pensarás que le harías más daño del que ya le causas. Luego está esa sensación parecida a la de un imán; cuando tú intentas resistirte y la otra persona quiere acercarse. No entienden o no quieren entender que duele el simple hecho de que permanezcan a tu lado, que sienten rabia y un dolor en lo más profundo del estómago cuando ven la pureza con la que te tratan, porque sientes que no te lo mereces y que alguien mejor podría estar aprovechando esos momentos, alguien que de verdad los quisiera y que no pinchara a las personas que se le acercan, así, como una aguja con un globo.

Pero hay cosas que simplemente no se pueden entender, y que aunque desees que no sucedan, sucederán. Da igual lo mucho que insistamos en que se alejen de nosotros; son globos de helio, pequeñas mariposas que se posan en cosas que están vivas aparentemente.

Y aunque intentamos cubrir nuestras espinas de algodón, cuando cae la noche y nadie nos ve, no dejamos de ser cactus que se desquitan con ellos mismos por el daño que han causado.

Abstracciones realesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora