A todo o nada

10 2 0
                                    

Lo perdimos todo, como en un todo o nada, apostamos lo más preciado; nuestros corazones, nuestra cordura, y por ser ambiciosas lo perdimos todo.  

Intento pensar que algo tuve que aprender, que ya no más apostar lágrimas en la noche, pinchazos en los pulmones, noches sin dormir; pero el problema es que por ella lo daría todo, entregaría mi corazón en una bandeja de plata y sin escudo, mis iris brillantes por ojeras, cada sonrisa por una mueca.

Lo perdimos todo, pero yo quiero seguir jugando, empiezo a pensar que soy adicta a su juego y que me he convertido en una ludópata.  

Abstracciones realesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora