Antítesis

39- Tenerte de nuevo a mi lado

No podían separarse.

Después de todo lo que había sucedido, de cada lucha por la que habían pasado...

Aioria puso el pie firme y le dijo al Dr. Odysseus en términos inequívocos que no se iría del lado de Shura hasta que lo liberaran para irse a casa.

La respuesta a esa declaración fue la razón de su posterior mirada muda, cuando el Dr. Odysseus sonrió y cortésmente le dijo a Aioria que no tenía ninguna intención de que pasaran más tiempo separados en un futuro cercano, y que había instalado un alojamiento en una de las pocas habitaciones privadas que tenían en la clínica.

Aioria pudo haber pensado que Shura era pegajoso anteriormente, pero ninguno podía quitarse de encima las manos del otro después del 'despertar' del español.

Fue todo lo que pudieron hacer para lograr caminar por el pasillo hasta el ascensor sin tropezar con los pies del otro, su atención estaba tan concentrada en el contrario.

Se regalaban besos intermitentes hasta que llegaron al ascensor.

El personal les dio la espalda discretamente a la pareja mientras el cubículo subía varios pisos.

Se susurraban palabras de amor y promesas, pero en su mayor parte, cada uno se contentaba simplemente con mirar a los ojos del otro y confirmar su existencia.

Cuando se escuchó el ding anunciando su piso, la mano de Aioria nunca abandonó la de Shura, mientras lo conducía hacia la luz del sol que entraba por las muchas ventanas a su alrededor.

El pelinegro parpadeó ante el cambio repentino, pero estiró la palma de la mano sobre el cristal y absorbió el calor y la luz con una mirada de asombro.

-Nunca pensé en volver a ver el sol...

Suspiró Shura, sus palabras se ahogaron cuando terminaron.

Los ojos de Aioria se empañaron, su garganta se apretó mientras se obligaba a sonreír.

La voz del Dr. Odysseus pidiéndoles que lo siguieran evitó que el joven se derrumbara en ese mismo momento.

Fueron conducidos por el pasillo y se les indicó que ingresaran a una habitación que, para una persona promedio, parecería una suite de hotel.

No se parecía en nada a las paredes blancas almidonadas de las habitaciones del subnivel 2.

Shura fue inmediatamente atraído hacia la ventana y el sol se filtró a través de las pesadas cortinas, su mano se deslizó ligeramente del agarre de Aioria, pero las yemas de los dedos aún estaban entrelazadas.

Aioria escuchó la puerta cerrarse silenciosamente y se volvió para ver al Dr. Odysseus esperándolos justo dentro de la habitación.

Suavemente llamó

-Shuri, ven aquí. Creo que el Dr. Odysseus quiere hablar con nosotros.

El brazo de Aioria se estiró, agarrando la mano del artista con firmeza cuando finalmente se alejó del mundo exterior.

El Dr. Odysseus se sentó en el sofá, mientras que la pareja reunida se sentó uno al lado del otro en la cama tamaño kingsize.

Su comportamiento era serio y profesional, pero con la ligereza que el joven griego había llegado a respetar y admirar.

-No los molestaré por mucho tiempo. Sé que ustedes dos tienen mucho que hacer para ponerse al día.

Primero, permítanme decirles que no hay cámaras en esta habitación. Lo que hagan aquí es asunto suyo.