Antítesis

48- Entrega total

La mente de Aioria había estado dando vueltas cuando se sentaron en la mesa de la cocina, a idear su plan para confrontar a Camus sobre su lugar en sus vidas durante casi tres horas.

Ahora, cansados, hambrientos y rígidos por estar tanto tiempo sentados, revisaron sus notas y sugirieron soluciones.

No tenía ningún sentido escribir algo como esto, pero pusieron sus miedos y preocupaciones en blanco y negro para que cada hombre lo considerara.

Las ventajas de traer a Camus a su relación superaban con creces a las desventajas, y las desventajas eran, honestamente, cosas insignificantes y triviales para empezar.

*El tiempo de la ducha que se vería reducido para tener todos agua caliente...

*Pero, si se duchaban juntos, ¿no estaban conservando agua? ¡Y eso debería ir en la columna 'Pros'!

*Compartir el espacio de los cajones en realidad, solo significaba más de una selección de camisas y ropa de dormir para elegir.

Primero, tenían que decidir si querían traerlo como parte de su relación o simplemente conservar su amistad.

Bueno, eso también dependía de lo que Camus quería, ¿no? Si sólo quería que su amistad volviera a ser como había sido, sería bastante fácil.

Estaban más que dispuestos a tenerlo de vuelta en sus vidas. Pero...

¿y si quería más? Siempre existía la posibilidad de que amara demasiado a Shura, como para volver con ellos como algo menos que un amante.

Aioria había aceptado el hecho (y lo sabía por experiencia), que una vez que amabas a Shura, y él te amaba a ti, con todo su corazón y alma, no lo dejabas simplemente.

El amor no funcionaba de esa manera, y tampoco el español.

-Shura, ¿lo amas... de la misma manera que me amas a mí?

Aioria había preguntado, y Shura sólo se había tomado un momento para considerar su respuesta antes de responder.

-Sí, lo hago. No tengo la historia con él que tengo contigo, pero no puedo lastimarlo de nuevo.

No te lastimaré a ti tampoco, pero no podemos destrozarlo con esto. Si no estamos dispuestos a darle lo que necesita o quiere, entonces debemos dejar de pensar en estas líneas y dejarlo ir.

Un destello de duda ensombreció los ojos de Aioria y Shura lo captó.

-Lo digo en serio, Aio. Si tienes alguna duda sobre mi amor por ti, sobre mi compromiso con nosotros, dilo ahora.

Tenemos que estar cien por ciento seguros de que esto es lo correcto para nosotros antes de que podamos hacerlo bien para él...

Parecía fácil decir que sí, podía dejar que Camus entrara en sus vidas como un amante y socio de pleno derecho, pero si era sincero con su conciencia, sabía que podría ser difícil.

No había duda de que haría cualquier cosa para hacer feliz a Shura, pero...

¿compartirlo con otro?

Pensó en su reacción cuando inicialmente se enteró de ellos y se encogió por dentro. Eso no fue una señal de aceptación; eran celos de principio a fin.

Había hecho las paces con Camus sólo después de estar seguro de que no quedaba nada entre ellos más que amor fraternal.

¿Cómo podía pensar que había madurado si todavía tenía una reacción instintiva de disgusto ante la idea de compartir a Shura?

Aioria apoyó la cabeza sobre sus brazos sobre la mesa. Esto requería mucho pensamiento.

-No lo sé, Shura.