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Acababa de terminar la jornada escolar cuando Jungkook se despidió rápidamente de sus amigos y corrió a la biblioteca para juntarse con Jimin como hacían todos los viernes.

Una vez allí, se sentó en la mesa de siempre para esperar la llegada del pelinegro. Mientras, comenzó a ordenar todas las ideas repartidas por su cabeza, desde la forma en la que se sentía porque había besado a un chico y le había encantado, hasta lo que tenía planeado decirle a Jimin sobre lo que había presenciado más temprano en la cafetería.

Luego de varios minutos, Jungkook comenzó a preocuparse porque no veía al chico de lentes en ninguna parte. Era justamente la situación que temía, después de todo, él también se hubiese esfumado de haber visto a quién acababa de besar junto a otra persona. Aunque había que tomar en cuenta que él siempre desaparecía luego de estar con una chica.

Después de estar toda su espera luchando contra el impulso de tomar su teléfono y llamar a Jimin, el pelicastaño lo sacó de su bolsillo y se dispuso a buscar entre sus contactos. 

Antes de siquiera encontrar el contacto y de desear que el pelinegro no ignorara la llamada como él siempre hacía con las de aquellas chicas que buscaban repetir alguna situación, alguien se aclaró la garganta al frente suyo.

Al otro lado de la mesa que frecuentaba para estudiar, se encontraba el chico con el cabello teñido de rubio ceniza y la cara de inocente, Taehyung.

"Jimin me pidió que te dijera algo", dijo el peliteñido mirándolo fijamente, "que te pedía disculpas por no venir hoy pero que debía volver a casa cuanto antes porque tenía algo importantísimo que hacer".

El pelicastaño lo miró extrañado, pues nunca antes lo habían dejado plantado. "¿Sólo eso dijo?", le preguntó a Taehyung.

"Pues sí", respondió el contrario, frunciendo el ceño, "pero yo tengo unas cuantas cosas que decirte".

Jungkook se sorprendió ante la molestia presente en el intento de mirada intimidante que el peliteñido le estaba dando.

"No te atrevas a jugar con Jimin", le dijo cortante, "no permitiré que lo beses y luego hagas como si fuese un cualquiera".

De un momento a otro, el pelicastaño se paró de la silla donde había estado los veinte minutos anteriores. Taehyung sintió el impulso de retroceder, pero no había límites a la hora de defender a su amigo.

"¿Él te lo contó?", le preguntó Jungkook al peliteñido algo exaltado.

"Pues claro que me lo contó", le respondió el contrario cruzándose de brazos, "somos mejores amigos".

Antes de pronunciar otra palabra, el pelicastaño había rodeado la mesa que los separaba y había agarrado a Taehyung del brazo con brusquedad.

"M-Me haces daño", dijo el peliteñido algo nervioso, intentando separarse de Jungkook.

"No puedes decirle a nadie, ¿está claro?", preguntó el pelicastaño fríamente.

Con rapidez, Taehyung se armó de valor y empujó al contrario logrando soltarse de su agarre, para posteriormente apretar ambos puños a sus costados. Jungkook tan solo retrocedió un paso, manteniendo su expresión amenazante.

"¿Qué insinúas?", preguntó el peliteñido, "¿no quieres que nadie sepa que te besaste con el chico más inteligente y divertido del lugar?".

"No estoy jugando", le respondió el pelicastaño, "no es algo que tenga que ver contigo como para que lo estés diciendo como se te dé la gana".

"Por supuesto que me concierne", dijo Taehyung, "todo lo que tenga que ver con él tiene que ver conmigo".

La paciencia de Jungkook se estaba agotando, si bien era totalmente amable con Jimin, no tenía por qué tratar de la misma forma al chico irritante que se estaba metiendo en sus asuntos.

Luego de ver como las venas se marcaban en los puños del contrario, Taehyung rápidamente hizo una aclaración. "Obviamente no pienso decírselo a nadie", dijo, "¿qué clase de amigo sería si cuento algo que él me confió?".

"Da igual", le respondió el pelicastaño mientras tomaba su mochila con la intención de abandonar , "gracias por venir a decirme lo que Jimin te pidió".

Antes de que el peliteñido se devolviese por donde había llegado, el contrario se le acercó de nuevo.

"¿Te lo contó todo?", le preguntó viéndose algo incómodo, "¿te dijo, ya sabes, si acaso le gustó?".

Por más furioso que estaba Taehyung debido a las lágrimas que su mejor amigo lloró en su hombro, no pudo evitar reír ante la pregunta del pelicastaño.

"¿Qué es lo gracioso, idiota?", le reprendió Jungkook con las mejillas algo coloradas.

"Nada, nada", le respondió el peliteñido restándole importancia al asunto, "es solo que jamás pensé que al inalcanzable capitán le gustarían los chicos".

"No me gustan", le dijo Jungkook con seguridad, "soy hetero, es solo que Jimin es, ya sabes, lindo", prosiguió, diciendo la última palabra por lo bajo.

Taehyung asintió entre enternecido y preocupado. Él era muy bueno leyendo a las personas, pero por más que lo intentaba, no lograba reconocer el nivel de genuinidad en las palabras del contrario.

Media hora después.

Jimin comía helado mientras veía una película cualquiera en la vieja televisión que tenía en su hogar. 

Lo cierto es que no tenía ni idea sobre de que trataba la trama, porque había estado todo el tiempo pensando en lo ingenuo que había sido por siquiera indagar en la posibilidad de que Jungkook se sintiera atraído por él.

Después de todo, se trataba del chico más popular de su escuela, innegablemente atractivo y famoso por no estar nunca interesado en nadie.

Estaba dispuesto a estar toda la tarde haciendo conjeturas en su cabeza con la intención de hacerse sentir menos idiota por pensar que siquiera tenía una oportunidad, pero el mismo chico que no se iba de sus pensamientos tenía otros planes.

Cuando oyó unos suaves golpes en la puerta de su casa al mismo tiempo que su teléfono comenzó a vibrar, sintió que el alma se le caía a los pies.

En un abrir y cerrar de ojos, había botado los envoltorios de todos los dulces que había comido y que ensuciaban su sofá, y también había corrido a cambiar su camiseta por una que no estuviese manchada con helado.

Después de revisar por última vez que todo estuviese en orden, se dispuso a abrir la entrada de su casa. Ni siquiera se molestó en ver quién era a través del agujero de la puerta, pues ya sabía de quién se trataba.

Y una vez abrió la puerta y vió a Jungkook confundido, recordó que se suponía que él tenía algo importantísimo que hacer.

Crush ⎯ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora