Shinsei aunque no lo ve, pero puede sentir la risa maliciosa atravez del teléfono, éste arqueando una ceja y con una voz muy sería lo regaña. "¿A qué te refieres con eso.? ¿Ten cuidado mira de quién estás hablando.?" Pronunciando estás palabras de manera amenazante.
Guiña un ojo al alejar el celular de su oído, al escuchar la voz gruesa y cortante de su primo. "Woow... Está bien primo, no te aceleres Astored es sólo una muy buena amiga, es más, la quiero como si fuera mi hermana." Y murmura para sus adentros. "Si te ibas a poner así, ni siquiera la hubiera mencionado."
Shinsei relajándose un poco. "¡Bien... olvídalo!. No tomes esto a la ligera y concéntrate, no quiero desperdiciar todos estos años preparándote para nada." Y le corta la llamada.
Mira el celular en su mano. "Ya veo que Astored lo está cambiando." Coloca su otra mano masajeando su barbilla. "No estaba buscando a nuestro primo o... acaso ya se dió cuenta que Astored es la persona que andaba buscando, aunque no lo reconozca, sé que ya se dió cuenta."
Shinsei guardando el celular en el interior del saco de su traje, frunce un poco la frente. "Ése muchacho... aunque es muy jóven, sé que no me va ha decepcionar. Puede portarse como un niño, pero al final es responsable." Fuerza una sonrisa de preocupación.
Sale de la habitación dirigiéndose a la sala de conferencias del Santuario en donde se encuentra ahora.
En un salón muy grande de paredes blancas en el interior, unas mesas largas, una detrás de la otra y con 10 asientos en cada una; cuyos asientos tienen un papel con un nombre pegado designando al que se sentará ahí.
Shinsei ya sentado en su lugar, espera a que los demás que están ingresando tomen sus respectivos asientos. El orador, un hombre de mediana edad entrado en sus 33 años, de 1.75cm de estatura, hace su ingreso, mientas que los oyentes se ponen de píe en signo de respeto, luego se sientan.
Mientras que el orador se presenta, un jóven se sienta al lado de Shinsei y le hace conversación.
"Hola ¿Qué tal.?" Extiende su mano hacia Shinsei para saludar. "Mi nombre es Ramsy Great." Con una sonrisa amigable en su rostro, a lo que Shinsei también le da la mano por cortesía y se presenta. "Mi nombre es Shinsei Kreuz, mucho gusto."
A lo que ambos hombres se estrechan la mano cordialmente. Una sonrisa inexplicable que casi da miedo ilumina la cara del extraño frente a Shinsei, poniendo a éste incómodo. Y con un pensamiento negativo pasando por su mente del jóven con sonrisa retorcida, echaba a andar un confabulado plan.
En la hacienda, todos ya se fueron a descansar a sus habitaciones de una noche tensa de confesiones, historias y tras conocer gente nueva. Vemos a un Khairl pensativo apoyado en la baranda de madera del corral de los caballos que están en su establo durmiendo.
Mirando el esplendor de la luna llena en lo alto, siente la tristeza en su corazón, se ve una bocanada de humo saliendo de su boca dispersándose en el aire frío de la madrugada.
Una voz varonil se escucha proveniente de sus espaldas. "Espero que no sea humo de cigarro lo que sale de tú boca. Te recuerdo que aún eres menor de edad." Sacando a Khairl de sus tristes pensamientos, asustándolo arroja el cigarro al suelo, disimuladamente lo pisa, al menos trata de estar tranquilo y con sus manos trata de disipar el humo que hay frente a él.
"¿Qué haces despierto a está hora y... fumando.?" Se para al lado de él y apoya sus brazos en el barandal de madera, al igual que Khairl.
"No podía dormir y si sabes que estaba fumando, ¿para qué preguntas.? Si ya me conoces que cuando estoy triste lo hago." Con los ojos fijos en el horizonte delante de él.
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El Coleccionador de Dioses:Cuando el pecado y la traición se Llevan en La Sangre
AléatoireKhairl, es un niño que vivía con sus primos, pero es con el mayor con el que crea lazos de profundo amor, por lo cual el padre de éste decide separarlos, enviándolo a un Santuario. Shinsei al saber esto, no quiere separarse de Khairl, su primo menor...