Levanta la mano y con su pulgar seca la lágrima en la mejilla de Khairl y sigue acariciando su mejilla.
"¡Estás bien, eso es lo que cuenta! Además, fue porque seguías órdenes y no me dijiste nada y aún así, actuaste a mis espaldas, hiriendo mis sentimientos." Protesta un poco resentido su queja y empieza a bostezar sintiendo mucho sueño."Las pastillas están haciendo efecto, mejor descansa. Lo necesitas." Le arregla la almohada y lo cubre con una frazada.
Le acaricia el cabello y le coloca algunos mechones detrás de las orejas.
"¡Descansa! vendré más tarde a verte." Le sonríe con ternura.
Shinsei le sujeta la mano y besa su palma con cariño. "No me dejes solo."
"No te preocupes, estaré cerca." Mira como Shinsei cierra los ojos lentamente hasta que se queda profundamente dormido.
Khairl sale del cuarto, dejando la puerta abierta para que pueda ver a Shinsei y poder vigilarlo mejor.
Se dirige a la cocina para preparar una sopa de verduras, mientras piensa, tratando de asimilar las cosas que han pasado.
En el salón donde se realiza la fiesta, no se percatan en lo más mínimo lo ocurrido en la azotea, pués la música, las conversaciones y el ajetreo de los invitados, hicieron que ésta velada transcurriera con toda tranquilidad.
En la azotea de la mansión donde se da por terminado la pelea, ambos bandos están debilitados y agotados.
Deymoss que es el más afectado por repeler los ataques de cinco oponentes muy fuertes y hábiles, decide sabiamente retirarse de la contienda, ya que la razón por la estaba allí, agarró a Shinsei y se lo llevó quién sabe a dónde.
"Ya que el incompetente de mi hijastro huyó, no tengo otra cosa más que hacer aquí. Además ustedes, ¡inútiles no me sirven!." Se manifiesta cansado y con su respiración agitada, pero aún así, mantiene su arrogancia y persistencia.
"¿Cómo qué inútiles? Tú eres el imbécil que está peleando con nosotros." Erick le regresa la pregunta exaltado y molesto, mientras se agarra el brazo lastimado.
Deymoss que mira desde las alturas con desprecio y con cierto cinismo sonríe.
"¡Ya que mi objetivo se fué! No tengo nada más que hacer aquí. ¡Nos veremos en otra ocasión!" Se gira para irse, haciendo un ademán con su mano como despedida, mirando al frente y se va volando por donde vino.
Y los muchachos que estaban mal heridos, al menos el grupo de los amigos de Shinsei que al ver que su líder ha desaparecido, se dirigen a Erick con voz desafiante.
"Si algo le pasa a Shinsei, Khairl y tú me las pagarán." Señala Yù con determinación y amenaza a Erick.
"¡Hump! De nada me sirven tus amenazas, sin embargo, a Shinsei le pareció muy placentero estar en los brazos de Khairl. ¡Yo no me preocuparía por su estado! Va a estar muy bien atendido, ¿si sabes a lo que me refiero.?" Erick lo mira con cierta picardía en sus ojos.
Pués Erick que también está herido como los demás, se voltea sujetándose el brazo izquierdo lastimado y saca una de las esferas que Khairl le ha dado, la tira al suelo con fuerza rompiéndola, saliendo de su interior un humo de color negro, que de igual manera ocurrió con Khairl; tiene que concentrarse en el lugar a donde tiene que ir; haciendo caso omiso a los comentarios y advertencias que los otros jóvenes le hacen.
Erick al igual que Khairl aparece en un lugar conocido para él, que en éste caso es la hacienda de los padres adoptivos de Khairl, siendo recibido por Bastián, que lo agarra con fuerza ya que estaba por desmayarse y se lo lleva al dormitorio del herido, en dónde procede a curar la herida de su brazo que se ve grave.
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El Coleccionador de Dioses:Cuando el pecado y la traición se Llevan en La Sangre
De TodoKhairl, es un niño que vivía con sus primos, pero es con el mayor con el que crea lazos de profundo amor, por lo cual el padre de éste decide separarlos, enviándolo a un Santuario. Shinsei al saber esto, no quiere separarse de Khairl, su primo menor...