"Y por qué esperar un par de días, porque no nos vamos hoy mismo en la tarde, no habría ningún problema." Se cruza de brazos y frunciendo la frente.
"Y qué crees, si pudiera ahora mismo nos vamos. Es sólo que tengo que preparar más medicamentos para dejarle a Shinsei para que siga tomando y no descuide su salud. Al menos por una semana más." Masajea sus sienes.
"Está bien Khairl, como quieras, entonces nos vamos dentro de dos días. Ya está decidido." Abraza a su hermano porque sabe que necesita su apoyo y lo ayuda a tranquilizarse. Aunque Dilbar no sabe con exactitud lo que le pasa, pero le hace saber que cuenta con su total respaldo.
Después de una pequeña y relajante conversación con su hermano, su estómago empieza a rugir y como ya se siente un poco mejor de lo desanimado que estaba decide ir a desayunar algo.
Ya son más de un poco de las once de la mañana. Así que después de un desayuno rápido y ligero en el comedor, aprovechando que estaba solo para desayunar tranquilamente. Cuando terminó agradeció a Frank por el desayuno, luego se dirigió al patio de entrenamientos del que le habló el dueño de casa y decidió entrenar un poco. Haber si de ésa manera alejar su mente de todos ésos pensamientos que lo atormentan.
Llamando a su espada, como anteriormente ya lo ha hecho, se dispone a hacer algunos movimientos de calentamiento, pués quiere aprovechar lo bonito que está el día de fresco y vestido apropiadamente para lo que pretende hacer.
Empieza por algo básico, algunos movimientos con la espada, giros y saltos, pero la espada está actuando de forma rara, sin embargo Khairl ya sabe lo que éso significa, que la espada tiene hambre, no la ha alimentado desde la última pelea que sostuvo en Alemania, cuando peleó con Ramsy. Procede a cortarse la palma de la mano con la hoja afilada de su espada. En ése momento aparece Shinsei, quién lo estaba observando desde lejos y lo detiene, sujetándolo de la muñeca, pero es tarde, ya se provocó el corte.
Khairl se asustó ante éste repentino ataque a su muñeca que lo deja perplejo y sin poder moverse. Ya que la otra persona apareció tan rápido que ni siquiera lo vió.
Shinsei que sostiene con firmeza la muñeca del menor, sin quitarle los ojos de encima. Khairl lucha por liberarse del agarre, pero es inútil.
Khairl malhumorado le recrimina. "¿Qué tienes Shinsei.? ¡Suéltame! Yo sé lo que hago. Tú no te metas." Sigue tirando de su mano para que lo suelte.
Entonces, Shinsei lo suelta y en silencio se aleja de Khairl para colocarse a un lado y seguir mirando su práctica.
Khairl que detiene su sangre y sana la herida de su palma, continúa con su práctica sin tomar en cuenta a Shinsei que se quedó allí observando.
Hace unos movimientos impresionantes, pero quiere dar un ataque en un salto para girar en el aire, su cabello se enreda con su espada y falla, haciendo que Shinsei se lance hacia Khairl para atraparlo en el aire, cayendo los dos juntos al suelo, pero Shinsei cubre a Khairl con su cuerpo. Khairl que está con los ojos cerrados, sólo escucha una voz gruesa llena de preocupación.
"¿Te encuentras bien Khairl.?"
Abre los ojos, sólo para darse cuenta que está en el suelo, encima de Shinsei que lo envuelve con sus brazos. Encontrándose con sus ojos turquesas cálidos y con las puntas de sus narices juntas. Khairl está aterrado ante ésta pose, debido a todo lo que ha estado pensando de él y cómo quisiera besar su boca, ésos labios carnosos de un ligero color carmesí.
Khairl se aleja de Shinsei apresuradamente levantándose, a lo que Shinsei también se pone de píe, viendo a Khairl que está muy nervioso.
"Te hiciste daño.... Khairl."
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El Coleccionador de Dioses:Cuando el pecado y la traición se Llevan en La Sangre
AcakKhairl, es un niño que vivía con sus primos, pero es con el mayor con el que crea lazos de profundo amor, por lo cual el padre de éste decide separarlos, enviándolo a un Santuario. Shinsei al saber esto, no quiere separarse de Khairl, su primo menor...