Momento ideal para agarrar la mano de Yerem, su atuendo de la cama y llevarlo a un armario cercano para esconderse allí.
Cuando el humo se disipó, Mer, está tan molesto que ordena a sus guardias que busquen a los dos fugitivos, vivos, pués, él mismo quiere encargarse de ellos personalmente.
Yerem, sale de su aturdimiento y lo mira con recelo, pero también con candidez y lo cuestiona.
"¿Por qué... me salvaste?." Está todavía sorprendido por el actuar del menor.
Khairl, le pide a Yerem que guarde silencio, ya que se escuchan pasos y si los escuchan, los pueden encontrar.
En voz baja. "Sshh.... silencio, te van a oir." Teniendo en su mano derecha las esferas transparentes.
"AARRGG... BUSQUEN EN TODOS LADOS, NO PUEDEN HABER HUIDO TAN LEJOS." Gruñe, gritando furioso y ofuscado. "NO DEJEN QUE SALGAN DEL INFIERNO." Se gira y se percata de la puerta del armario, entrecierra los ojos y se dirige a ella.
Khairl, sin dudar, estrella las esferas que tiene en su mano contra el piso y los hace invisibles a los dos, casi de inmediato.
Yerem tira de Khairl y lo abraza para poder ocupar el menor de espacio posible, en el caso de que Mer revise el lugar.
Khairl, ahoga un grito, sonrojado, oculta su cara en el pecho firme de Yerem. Puede sentir sus fuertes brazos alrededor de él que lo presionan contra Yerem.
Khairl, sabe que están invisibles, pero aún así, no puede evitar sentirse avergonzado, estar entre sus brazos, le recuerda a "cierto hombre" que lo abrazaba como si fuera un tesoro, la nostalgia es evidente en sus mejillas rosadas. Yerem, mira la puerta y con los dientes apretados, está esperando a que la perilla sea empujada y ver a su enemigo.
Mer, abre la puerta, pero para su sorpresa, está vacío. Mira todo el espacio del armario que no es tan grande ni tan chico, haciendo que su rabia crezca más, cierra la puerta con violencia.
Los dos respiran con alivio. Khairl que todavía se encuentra en los brazos del mayor, empieza a separarse de él, aunque le cuesta trabajo aceptar que le agrada sentir su calor, a lo que Yerem se da cuenta y lo suelta ligeramente.
"G-Gracias por ayudarme." Yerem agradecido le sonríe a Khairl y se rasca la cabeza.
"No fue nada. También gracias por curar mi herida." Toca su herida y ve que está sangrando un poco.
"Te moviste bruscamente, por eso se abrió tu herida." Mira preocupado las manchas de sangre que se forman encima de la ropa de Khairl.
"¡Debemos irnos de aquí!, el efecto de invisibilidad se terminará pronto." Khairl abre la puerta levemente y observa que no hay moros en la costa.
Khairl camina apoyándose en la pared. Su acompañante se percata y lo ayuda agarrándolo por la cintura, haciendo que el brazo Khairl rodee su cintura para que se apoye en él. Debido a que Yerem es muy alto, es por eso que le pide a Khairl que abrace su cintura.
Caminan así, por un largo pasillo, al dar la vuelta hacia la izquierda, se encuentran con unos demonios de menor rango. Para mala suerte de ellos dos, el efecto de las esferas se termina.
Tres demonios los ven y se aproximan a los fugitivos para atacarlos.
Yerem deja a Khairl apoyado en la pared, mientras el pelea con dos demonios que se le abalanza estrepitosamente, tan amenazantes con sus armas rústicas.
Pelean muy bien estos demonios, uno de ellos lo golpea con su lanza en la cabeza, a lo cuál Yerem reacciona sujetando la lanza y utiliza la fuerza del demonio para lograr atravesar a su compañero en el estómago ya que venía corriendo con espada en mano.
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El Coleccionador de Dioses:Cuando el pecado y la traición se Llevan en La Sangre
DiversosKhairl, es un niño que vivía con sus primos, pero es con el mayor con el que crea lazos de profundo amor, por lo cual el padre de éste decide separarlos, enviándolo a un Santuario. Shinsei al saber esto, no quiere separarse de Khairl, su primo menor...