Todo lo que quería era a ti

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-Oye, se que apenas es tu segunda semana y que no nos conocemos mucho, pero... ¿puedo preguntarte algo personal? -Sanemi parpadea quedamente, mirando absorta a Midnight que sostiene una lata de cerveza en la mano, se ha vuelto costumbre de la mujer llegar a la oficina en horas de descanso para tomar licor de contrabando, la joven sonríe amable mientras destapa su propia lata

-Si, dime

- ¿Qué escondes bajo el cabello? -Sanemi casi parece ahogarse con el contenido de su lata y respira hondamente para recuperarse -Disculpa si fue de sorpresa, he tenido esa curiosidad, pero no tienes que responder si no quieres

-No te preocupes, te sorprendería la cantidad de veces que oigo esa pregunta, créeme -Y la pelinegra sabe que es cierto, porque ningún hombre con el que ha estado le ha preguntado tal cosa, es probablemente una de las pocas razones por las que prefiere trabajar con hombres, pero ahí está la curiosa mujer, expectante -Puede que parezca que soy un rostro bonito, pero... la realidad es diferente... -Sanemi recorre lentamente el cabello que cubre la mitad de su rostro y la lata casi vacía de Midnight cae al suelo

-Yo... lo siento...-Se apresura a levantar la lata y trata de no prestar demasiada atención

-Está bien, estoy acostumbrada, mis cicatrices no son fáciles de ver -La joven le resta importancia al asunto y vuelve a acomodar su cabello a como estaba hace unos instante

- ¿Puedo saber que sucedió? -Sanemi aprieta instintivamente unos archivos que tenía en la mano contra su pecho y resopla un poco

-Mi padre era un alcohólico abusivo -Es su seca respuesta y Midnight sabe que no debe remover más esas heridas del pasado así que calla y el resto del descanso lo llevan en silencio hasta que la mayor debe irse

-Por cierto, Aizawa está buscando unos archivos, me pidió que los buscara por él, pero parece que se me ha ido el tiempo encima, los necesita para dentro de tres días a mas tardar, ¿te parece si empiezas a buscarlos sin mi y te ayudo mañana? Solo no le digas que te pedí ayuda, se supone que es clasificado -Midnight termina con una risa divertida extendiendo un pequeño pedazo de hoja y Sanemi sonríe

-Claro, será un placer ayudarte -Mira el pequeño papel en su mano una vez que la mayor se ha retirado del lugar y su ojo visible parece brillar

...

-Señorita Sanemi, llega en buen momento -Kurogiri la recibe presuroso, no la deja si quiera acomodarse cuando parece guiarla a la puerta contigua al pequeño lugar

- ¿Qué sucede?

-El señor Tomura no se encuentra bien -Sanemi deja el portafolio en el suelo y se aproxima a la habitación, pero nada la prepara para la grotesca imagen del hombre retorciéndose en el suelo mientras arranca piel de su cuello, la sangre brota en grandes gotas, pero el hombre no se detiene. Presurosa la joven se retira los guantes y el saco, desabotona su camisa con tanta prisa que los botones se caen y se aproxima de inmediato al hombre

-cariño, cariño, tranquilo... -Lo oye murmurar maldiciones y tensarse cuando lo toma suavemente de la muñeca -Ven aquí cariño -Sin esperar más libera de forma apresurada su esencia y aprieta al hombre contra su pecho -Todo está bien cariño, tranquilo -Con suavidad toma al hombre de la muñeca con una de sus manos y la aleja de su cuello, luego repite su acción con la otra mano - ¿te sientes mejor? -Tomura no responde, pero siente el asentimiento contra su pecho y luego uno de los brazos del hombre la rodea -Kurogiri, ¿tienes un botiquín?

-Enseguida lo traigo

Tras curar sus heridas y colocarle una venda, el trío se encontraba sentado en el sofá de siempre

El camino que elegimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora