Necesidad

19 4 0
                                    


Chisaki remueve sus oscuros cabellos con fastidio mientras murmura una maldición, llama a uno de sus subordinados y recarga el rostro sobre su palma enguantada.

-Llama a Sanemi, dile que vamos a movernos -Chisaki bufa con fastidio, no ha ido a ver a la joven desde su pelea hace casi un mes y medio, suponía que ella debía estar cercana a terminar su dichoso trabajo así que no debería ser molestia moverse ahora, después de su inoportuno encuentro con esos héroes tenía un mal presentimiento

-Eh... señor -El subordinado lo mira con cierta alarma y Chisaki entrecierra los ojos -La señorita Sanemi no ha vuelto desde que salió hace una semana -Overhaul deja caer los papeles que sostiene en la mano y mira fijamente al hombre delante de él

-Explícate... -Ordena tajante

-La señorita Sanemi salió de trabajo hace una semana pero no volvió a la hora habitual, a decir verdad se lo comentamos pero dijo que seguro estaría molesta, así que no tocamos más el tema señor -Frustrado, Chisaki vuelve a revolver sus cabellos, sabe que tiene razón, no le dio importancia porque sabía que estaría molesta, no solo por su discusión, sino por haberla ignorado y evitado, pero bajo las circunstancias en las que se encontraba necesitaba tomar una decisión

-Retírate... -Chisaki se pone en pie, el hombre que tiene delante asiente y se desvanece por la puerta del lugar, el castaño truena su cuello con cierta molestia, se pone de pie y se encamina a la habitación de la fémina.

Dentro, se sorprende de encontrar todo en la misma posición que el día en el que discutieron, la sudadera sigue doblada en el mueble de la esquina, la ropa de Sanemi sigue en la misma silla y su inconfundible aroma sigue en el aire, pero no hay rastro de ella o de sus pertenencias personales, Chisaki camina hasta la cama y se sienta en ella, observa toda la habitación a su alrededor y baja su máscara para inhalar profundamente lo que queda del perfume de la pelinegra, suspira, resignado y mira sus manos, de nuevo casi con asco.

-Supongo que es mejor así...-Murmura al aire bajando la mirada y en el piso alfombrado de la habitación aprecia un brillo singular, sus ojos se abren con sorpresa cuando se agacha para tomarlo entre sus dedos y observa un prendedor de mariposa negra con piedras brillantes adornado sus alas, lo toma cuidadosamente entre sus dedos y lo guarda en su bolsillo cuando esconde ambas manos en su sudadera, su mirada se pierde en las paredes descoloridas de la habitación y no puede evitar pensar en aquella molesta chica y en todas las veces que la hizo llorar, voltea a la mesita de noche aun lado de la cama y sonríe casi con sorna al tomar uno de los cigarrillos de Sanemi, lo coloca entre sus labios y lo enciende casi con gracia.

-Idiota... -Murmura al aire antes de dar la primera calada

...

Mira su reflejo en la ventana, afuera las nubes han opacado al sol y la lluvia golpea contra el cristal creando un sonido sordo que rebota en las paredes de la pequeña habitación, su mirada azulina se pierde en la inmensidad de la ciudad cuando la puerta se abre.

-Su comida, señorita -Kurogiri ingresa con una bandeja de madera, sobre ella dos pequeños platos de comida y un vaso de agua, Sanemi separa lentamente la mirada del cristal y mira la puerta abierta, pero sabe que es inútil, inútil como sus 3 intentos anteriores, así que solo baja de la cama, sus pies descalzos tocan el suelo, sus muñecas están libres pero los grilletes de sus tobillos no la dejan avanzar mucho

-Gracias...-Murmura quedamente mientras toma la charola

-Señorita...-Kurogiri la mira, pero Sanemi no lo mira, solo pierde la mirada en su comida -De su pago por sentado... -Entonces la chica levanta la mirada, asombrada y esperanzada -Soy alguien de palabra...-Aclara sencillamente antes de marcharse

El camino que elegimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora