Capítulo 5: Elegir nuestros bandos

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Camino al dormitorio de Crowley, Zira observa el lugar donde el demonio lo atacó, se puso pálido, la poca tranquilidad que había conseguido se estaba yendo, pero siguió caminando a paso lento, hasta lograr llegar a la cama. Allí estaba el pijama que Crowley le había mencionado, sin sentarse, lo tomó, lo analizó por unos instantes y se lo puso, estaba tan fuera de sí, que no cerró la puerta de la habitación. 

Una vez con el pijama puesto, comenzó a ordenar su ropa, notó varias manchas de sangre, le dolía el alma. El ángel se acostó, se posicionó de lado, dando la espalda a la puerta, pero con la vista hacia un gran ventanal, que brindaba destellos de la ciudad. Aziraphale lloró amargamente sin notar que seguía manchando de sangre su recién puesto pijama.

Por su parte, Crowley decidió servirse un poco de vino antes de acostarse, y para darle tiempo al ángel se sentó a ver televisión por unos pocos minutos, hasta que pensó que era tiempo prudente. 

Una vez entró a su dormitorio, lo primero que notó fue la mancha de sangre que asomaba en el pijama de su ángel, lo cual hizo que se alarmara. - Ángel!, oye ángel!!, creo que tienes sangre, ¿qué te has hecho?-. Crowley espera una respuesta, o aunque sea, alguna reacción, pero el ángel no hace ni dice nada, por lo que el demonio aún más preocupado se acerca y le toma el hombro. -Hey!, Zira, ¿estás despierto?. Fue recién en ese momento, estando cerca de él, que Crowley escuchó los sollozos de Aziraphale. -Mi ángel, ¿Porqué lloras?, ¿Qué te ocurre?. Le dice Crowley mientras se da la vuelta para verlo cara a cara.

Estando el demonio frente al ángel, lo mira con sus intensos ojos ámbar, y simplemente le acaricia la cabeza de forma suave.

Luego de unos minutos, cuando Aziraphale se sintió capaz de hablar, le dice. 

-Crowley, me has hecho daño...

Crowley no entiende nada, sin embargo algo dentro de sí le hace pensar que hay cosas que no recuerda, hay un fragmento de su cerebro perdido. 

-Lo siento.- Es lo único que puede decir Crowley, mientras se acerca a depositarle un beso en la frente a su ángel. Zira no sonríe,  ha decidido ignorar a su amigo y disociar.

Ante aquella reacción, Crowley comienza a maldecir en su cabeza el hecho de haber tentado a su amigo aquel día, pero ¿Qué iba a saber él que aquel día su ángel le correspondería?, ni él mismo se lo habría imaginado jamás, después de todo eran varios miles de años tentándolo sin resultado alguno. 

El demonio, se acomoda al lado de su ángel, no lo abraza, sólo se conforma con mirar aquella espalda robusta y tierna de Aziraphale.

Son las 4:00 AM, y Aziraphale decide romper el silencio para ocuparse del macro asunto que queda pendiente, "elegir sus bandos sabiamente".

-Demonio, tenemos que "elegir nuestros bandos", nos quedan un par de horas, y más allá de lo que hayamos vivido esta poco agradable noche, debemos enfrentar nuestros destinos de la mejor manera. El cielo y el infierno nos odian.- Le dice Zira sin poder mirarlo a los ojos.

-Quizás para ti ha sido una "poco agradable noche", pero yo guardaré cada detalle de ella en mi memoria. - Agrega Crowley, como si de todo lo que dijo su ángel, aquello fuese lo más importante.

-Crowley no estoy de humor, si quieres podemos hablar de nuestros problemas después, pero para que podamos llegar a eso, debemos salir vivos de este problema.- De forma genuina Aziraphale deseaba solucionar otros problemas, y ojalá nunca hablar de aquella noche, aún no entendía porqué no quería borrar los recuerdos del demonio, quizás quería creer que él lo amaba, quizás quería creer que realmente no habían malas intenciones por parte de su demonio, quizás quería confiar en él una última vez, aunque luego de lo que le había hecho aquello sonara absurdo.

Good Omens// Suceso Inefable ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora