Hoy Lorenzo vuelve a Italia, los pondré al día de lo que a sucedido hasta entonces.
Mi abuela me regaló una de sus mansiones más lujosas aquí en Inglaterra.
Mis padres viajaron a Italia con los Malfoy, obviamente estuve invitada pero me negué quería pasar tiempo con Lorenzo.
Conocí mucho más Inglaterra, pues la señora Malfoy resultó ser muy buena compañía comprando ropa.
Mi madre y mi padre tuvieron una gran discusión en donde yo fui el problema.
Draco se ha portado muy extraño conmigo, su novia Astoria parece odiarme ahora, no lo entiendo en el baile estaba todo bien.
Y como último detalle que casi olvidó ellos dos rompieron.
Lorenzo ya estaba listo, se encontraba bajando las valijas de nuestra habitación, lo vería cuando todo esto finalizara.
Lorenzo: -Te voy a extrañar amore...
Colett: -Yo a ti!
Lorenzo: -Te escribiré todos los días!
Massimo: -Bien, hora de irnos, llevaremos a Lorenzo hasta el aeropuerto, cuando vuelva iremos a la mansión Malfoy espérame lista.
Colett: -Claro papá!
Y así, Lorenzo se fue.
Amelia Rosell: -Querida Cole, prepárate iremos a una importante cena!
Colett: -Solo iremos a ver a los Malfoy!
Amelia Rosell: -Es importante cariño, sígueme tengo un regalo para ti!
Seguí a mi abuela, hasta su habitación dónde saco una gran caja color blanco, con un moño gigante.
Amelia Rosell: -Fue de tu madre, estaría encantada de que lo uses está noche!
Y cuando abrí la caja, bom! Un vestido blanco, con mangas sueltas transparentes, quizá llegaba por encima de mis rodillas, un escote recto pero delicado, era perfecto para esta noche.
Colett: -¿Crees que me quedé?
Amelia Rosell: -Por supuesto que te quedará, ve a tu habitación y prepárate querida.
Así fue, salí de la habitación de mi abuela y me dirigí a la mía, deje la caja con el vestido sobre mi cama, me dirigí al baño y me di una gran ducha que la necesitaba, al salir me hice unas simples mascarillas, seque mi pelo con mi varita y probé peinados, unos que me gustaban y otros no, al final me decidí por dejarlo suelto pero con unas pequeñas ondas en lo bajo.
Camine hacia mi cama y con delicadeza retire el vestido de la caja, me lo puse y me quedaba a la perfección, como si hubiera sido para mí desde un principio.
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