Capítulo 7

17 0 0
                                    


Desperté absolutamente empapado y mi teléfono no paraba de sonar, al parecer sonaba desde hace bastante tiempo.

Increíblemente las sábanas no se encontraban tan mojadas de agua, sino que de una húmeda y fría transpiración perfumada.

Estaba en mi habitación.

Alcance el cable del cargador del celular y contesté, sin siquiera mirar quién llamaba.

— ¡Aló!

— Hola, mi perrito hermoso. ¿Cómo estuvo esa siesta?

Me quedé sin palabras tras oír la sexy voz de mi feminista millonaria.

— Bien, bien —Respondí, bastante confundido aún.

De cierta manera fue difícil distinguir la realidad de la ficción, tanto en lo último que había vivido tras perder la conciencia como en el asqueroso sueño ese del cual había logrado despertar a tiempo. La voz de mi feminista millonaria era un asunto bastante confuso de oír en esos momentos.

— ¡Aló! —Dijo— ¿Como se siente mi perrito hermoso? ¿Sabia que su zorrita caliente lo está extrañando más que nunca?

Pese a toda la confusión imperante traté de ser lo más firme que pude, intentando ser consecuente con todo lo que recordaba de aquellos borrosos últimos acontecimientos.

— ¿Que quieres tú? ¿No era que no querías que supiera nada más de tí?

Hubo una dulce risa tras el otro lado de la comunicación. Aquello era un viejo guión de manipulación femenina que nunca terminaba y que al parecer estaba diseñado para poder controlarlo todo por los siglos de los siglos.

— Una tiene mucho derecho a cambiar de opinión, sobre todo después de haber visto eso que tú hiciste.

Busqué un cigarrillo que tenía guardado de reserva en el cajón y por suerte lo hallé. Lo encendí apreciativamente. Mi feminista millonaria continuó hablando, de una forma que me pareció bastante acelerada y ansiosa en comparación a su ritmo de hablar tranquilo:

— ¡Lo lograste, Bruck! —Dijo— Dejame decirte que me sorprendiste favorablemente y que eso merece una recompensa. ¿Estas preparado en estos momentos?

— ¿Preparado para qué? —Pregunté, pensando en que era algo desagradable oirla hablar así tan aceleradamente.

— Preparado para recibir algo bueno de mí. ¿Crees que puedas estar en forma para hoy a la noche? Hay un evento ahora en mi palacio y quisiera arrancarme de ahí a cierta hora, puesto que me dijeron que se había enterado la prensa y creo que va a aparecer en modo sorpresa para desprestigiar mi organización anti patriarcal. Pensaba que tu piso con balcón era el lugar perfecto para ir a esconderse.

Aquello no lo esperaba, ya que estaba cada vez más consciente de lo que había sido realidad y de lo que habían sido sueños y aún así no veía por dónde pudo haberse dado vuelta la tortilla de una forma tan brusca, ya que evidentemente yo había fracasado en lo que respetaba a MI parte del trabajo. Como tenía la firme intuición de que no tenía nada que perder opté por ser sincero:

— Lo último que recuerdo es que me quedé dormido en la barra del bar clandestino sanitario. No tengo idea de lo que ocurrió después.

— Me lo imaginaba —Dijo mi feminista millonaria—. Borrarte después de haberla convencido de pasar la noche en tu casa fue lo mejor que pudiste hacer. ¡Hubieses visto cuando le gritó en la cara a Hugan que se había enamorado de ti! Ahi demostraste que no solo eres un cuerpo bonito, sino que también eres más inteligente de lo que creímos. ¿Como se te ocurrió eso de dejarla con las ganas? Ya no es necesario que te la cojas, Bruck. ¡El trabajo ya está terminado! Tengo que llamar a Hugan para que te finiquite y se cierre este asunto de una puta y buena vez ¡Te ganaste doscientos millones solo usando el cerebro, maldito genio! Tal vez ya no te vea como un perro de aquí en adelante.

Al servicio del poder Donde viven las historias. Descúbrelo ahora