Capítulo 18

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Chaeyoung pov

Luego de esa noche mi vida se convirtió en una simulación, sentía que no tenía el control de la misma, casi tres semanas viviendo a base de una rutina que consistía en comer, trabajar, estudiar y dormir, algunas noches intentaba salir con Nayeon y Dahyun pero aunque mis amigas intentaran consolarme no entendían que sucedía. La única persona que tenía una mínima idea de lo que pasaba en mi vida era Lisa, y no hablar con ella durante tantos días estaba comenzando a ser molesto.

Una parte de mi seguía lastimada, ella lo supo y no pensaba decirlo. ¿Qué hubiese pasado si jamás descubría esos mensajes? No podía perdonarla tan fácilmente, no era principalmente su culpa y lo sabía, pero aun así era difícil.

Digo principalmente ya que otra parte de mi cerebro de alguna forma la culpaba, no solo a ella, también a mí, por ese motivo tomé la decisión de imponer un poco de distancia entre ambas. Sentía que gracias a ella y a la forma en la cual nos involucramos generó que de una forma u otra descuidara a Joy.

Sumado a que en todo el tiempo que estuvimos en su casa jamás accedí a tener relaciones sexuales con ella, pero era lógico, desde mi punto de vista era incomodo tener la sensación de que en cualquier momento alguien entraría por la puerta, como sucedió esa única vez que lo intentamos. El sexo nunca fue un problema en nuestra relación, pero las últimas semanas la sentía realmente extraña, como si su mente viajara a otro sitio mientras eso sucedía.

En algún punto podía llegar a justificarla, quizás busco en Yeri lo que yo no le estaba dando, ¿ese sería un argumento válido?

Luego de la primera semana las ojeras que cargaba y mis pocas ganas de vivir provocaron que ella notara que algo no iba bien, sentía que si no lo exteriorizaba iba a explotar en cualquier momento y finalmente lo hablamos.

Tal y como lo imaginaba su primer reacción fue ponerse a la defensiva, argumentando que estaba invadiendo su privacidad y que no confiaba en ella. ¿irónico cierto? 

Luego de hacer sus reclamos continuó contando su parte de la historia, al parecer no significó nada, según ella solo fueron algunos besos esa noche, lo cual me tranquilizo bastante, ¿podría perdonar otro tipo de infidelidad? Si ella compartiera la cama con otra persona posiblemente mi reacción hubiese sido diferente.

Continuó excusándose diciendo que estaba enojada ya que decidí seguir a Lisa a esa fiesta, y eso sumado al alcohol, había conseguido que ella cayera en las insinuaciones de la otra chica.

¿Qué puedo decir? Le creí, no confiaba ciegamente en su palabra, pero en la vida hay que dar segundas oportunidades, ella me quería, tal vez su forma de demostrarlo algunas veces no era la mejor pero ella estuvo para mí cuando nadie más lo hizo.

Los primeros días luego de esa charla no transcurrieron de la mejor forma, pero poco a poco podría decir que nuestra relación volvía a la normalidad. Los encuentros entre nuestras sabanas eran cada vez mas frecuentes, inconscientemente se había instalado en mi el miedo a no ser suficiente, ¿y si ella decidía volver a buscar en otro lugar lo que yo no podía darle?

No era lo mismo, las sensaciones, las miradas, todo había cambiado, en algunas ocasiones sentía que estaba haciendo el amor con una extraña y sin dudas ella se sentía de la misma forma.

Las jornadas de trabajo en la cafetería de la señora Amelia estaban consumiendo casi todo mi tiempo libre, una chica  renunció y hasta nuevo aviso yo cubriría sus turnos. No podía quejarme, ese lugar era el que cubría mis gastos, a pesar de que mi cuerpo pidiera un descanso tenía que llevarlo al máximo, solo sería por un corto tiempo.

Una de las noches en las que llegaba a casa casi arrastrando mi cuerpo me encontré a mi novia repartiendo groserías mientras hablaba con alguien en su móvil, mi mente estaba muy cansada como para intentar investigar que sucedía, la única decisión que fui capaz de tomar fue que no cenaría, solo quería dormir y nada más.

Estaba recostada en la cama que se encontraba colocada en el centro de la habitación, mis ojos cerrados y el repentino silencio el cual agradecí, un par de segundos mas y estaría recuperando las horas de sueño que me faltaban, pero claro, la vida tenía preparado otros planes.

Joy entro a la habitación estampando la puerta fuertemente, el sonido tan repentino hizo que me incorporara de forma inmediata, necesitaba saber a que se debía ese horrible humor que cargaba.

-Me han despedido, ¿puedes creerlo? solo fueron tres veces Rosé, solo tres- tres de sus dedos se colocaron frente a mi rostro, haciendo énfasis en sus palabras, estaba furiosa, su rostro lo demostraba, para ser sincera no estaba sorprendida por la noticia, nunca fue una de sus cualidades ser una persona puntual y nunca lo sería - no pueden despedir a alguien por llegar tarde TRES veces- remarcó otra vez ese número- ahora no sé lo que haré, ¿Cómo vamos a pagar las cuentas si el principal ingreso era ese? – mi mente se iluminó, al parecer todavía le quedaba un poco de batería.

-En la cafetería necesitan a una chica, ¿recuerdas que los horarios que estoy cubriendo fueron porque una chica renunció? quizás pueda hablar con la señora Amelia, no creo que rechace la oferta, el horario es perfecto y no interfiere con tus clases.

-Ni lo sueñes, no trabajaría en esa cafetería de cuarta, ¿cómo puedo pasar de trabajar en el estudio a una cafetería que me pagaría menos de la mitad? ¿acaso no escuchas lo que dices?

-Lo siento tienes razón, solo quería ofrecerte opciones.

-Emma va a matarme, tendré que pedirle más dinero mientras busco algo mejor- no quería depender del dinero de alguien más, se suponía que eso había quedado atrás, si trabajaba tantas horas seguidas era porque no quería deberle nada a nadie, no es que me crea superior ni nada de eso, solo que no sentía que lo merecía. Desde pequeña me enseñaron que las cosas hay que ganárselas a través del esfuerzo, quizás por ese motivo logré juntar tantos ahorros a una corta edad, desde que tenía tan solo 14 años trabajaba medio turno en la florería de mis abuelos, no pagaban un gran salario pero me servía para juntar algo de dinero.

-Puedo hacer horas extras si es necesario- luego de soltar esas palabras quise arrepentirme en ese instante.

-¿Harías eso por mí?

-Claro.. – ella se abalanzo sobre mí besando mi rostro con efusividad.

-Genial, si encuentro algo rápidamente ella no sospechará nada, luego inventaría una excusa para decirle que este lugar es mejor y que me pagan mucho más- escuchaba como relataba en voz alta la historia que le inventaría a su madre y me preguntaba si siempre se le dio  bien tener esa facilidad para mentir.- Por eso te amo y debemos permanecer juntas, ambas nos apoyamos, gracias por amarme y perdonar mis errores.

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De esa forma continuaron los próximos días, turnos interminables y noches en vela intentando estar al día con mis estudios, pero mi cuerpo necesitaba un descanso urgente y si no se lo daba estaba segura que esto no terminaría nada bien.

En cuanto a Joy ella seguía buscando un trabajo que esté a su altura, cada día llegaba con una nueva oferta  la cual ella rechazaba y se excusaba con que podría conseguir algo mejor, solo le faltaba un poco de tiempo.

Tiempo el cual le di, hasta que un viernes en la tarde en medio de uno de mis tantos turnos mi cuerpo cedió y acabe desmayándome en medio de la cafetería. 



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Return- ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora