Capitulo 23

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Dos días antes del viaje.

Harper

Abro mis ojos tratando de reaccionar, mis ojos me arden un poco, pero es soportable, me doy cuenta que estoy acostada en el suelo, así que trato de levantarme, pero no logro hacer mucho, más que apoyar mi codo derecho en el suelo y quedar media sentada. Desperté en el mismo lugar donde me dormí, volteo mi cabeza en busca de alguien más, y me encuentro con Ethan recargado en la pared, quedando unos centímetros lejos, en frente de mí.

Si mi vista no estuviera fallando tanto, diría que Ethan está sonriendo, pero no puedo confirmarlo. Aun así, hago mi mayor esfuerzo por tratar de verlo, pero algo en especial llama mi atención, tiene una cortada en la cara, no es tan grande, pero aun así sangre chorrea de ella. Esta se encuentra casi a lado de su ceja derecha. Bajo mi vista un poco, y me doy cuenta que tiene una mano en su pierna, está ejerciendo presión. Su pantalón está lleno de sangre.

¿Qué carajo pasó?

Estaba tan sumida en mi preocupación por las heridas de Ethan, que ni siquiera me había dado cuenta de las mías. Un dolor me atraviesa cerca de la panza, un dolor que no había notado antes. Bajo la mirada para encontrarme con sangre, mucha sangre, y un vidrio muy grande, está enterrado debajo de mi ombligo del lado izquierdo de mi panza. También me fijo en mi antebrazo, tiene varios vidrios pequeños enterrados, también sale sangre de ellas, pero no es mucha, nada que no pueda soportar. Aquí el problema es el vidrio en mi panza. Es demasiado grande y me duele mucho.

Con las pocas fuerzas que me quedan me arrastró hacía la cama, y me recargo en ella, luego pongo mi mano sobre mi herida, y ejerzo presión, no quiero desangrarme. Una vez que termino, recargo mi cabeza en la cama, y cierro mis ojos. A pesar de que mis ojos están cerrados, siento la mirada de Ethan sobre mí. Sin abrir mis ojos trato de decir algo.

-Ethan -Digo. El hace un ruido, contestándome sin palabras. Duele hablar, un vidrio rozo parte de mi labio superior-. ¿Desde cuándo llevas despierto?

Lo piensa, y se tarda en responder. Es obvio que apenas y puede hablar, y seguramente no recuerda.

-No tengo idea.

-No es por ser pesimista, pero vamos a morir desangrados...

Me interrumpe, y yo lo miro. -Si no hacemos nada. Pero si hacemos algo, tal vez tengamos posibilidad de sobrevivir.

-Vaya, no lo había pensado -Digo con cansancio y una nota de sarcasmo.

Quién lo diría, incluso en el día de mi muerte soy capaz de decir una oración con sarcasmo. Si naces con él, mueres con él.

Sonrió ante mis pensamientos bobos.

- ¿Qué es tan gracioso? -Pregunta.

-Jamás pensé que moriría así -Digo.

-Ya te dije que no vamos a morir.

-Ni siquiera la persona más ciega podría negarlo Ethan -Mis ojos se humedecen un poco-. Es obvio.

- ¿Por qué ciega?

-Porque no puede ver la verdad, pero tu... -Lo pienso un poco-. Tu no quieres aceptar la verdad.

-Pero los ciegos no solo no pueden ver la verdad, sino que también que no pueden ver absolutamente nada.

Ruedo los ojos y suelto un largo suspiro. - ¿Podrías dejarme ser sentimental en mis últimos momentos?

Suelta una carcajada ante mi dramático comentario. -Lo siento, soy demasiado bueno para arruinar momentos.

- ¿Momentos sentimentales? Ya lo creo.

Oscuridad © (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora