Trece

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Joel

Mi novio es el primero en correr a los brazos del señor Colón, Zabdiel se les une después con toda la paciencia del mundo.

yo me quedo muy quieto en mi lugar, con miedo de ver a alguna de todas las personas se aquí y que me terminen asesinando.

No entiendo como es que termine aquí.

-Y ese... ¿Quién es? -me pongo tenso cuando veo que me señala con su dedo índice.

mi novio y mi amigo me voltean a ver.

-Papá... él es Joel, mi amigo de la secundaria -habla Zabdiel con su típica sonrisa tranquila- siempre te he hablado de él.

-Hola señor, m-mucho gusto -el tartamudeo en mi voz se hace presente- Joel Pimentel, para servirle.

da dos pasos hacia a mi y puedo sentir claramente como mi corazón se paro por unos milisegundos, su rostro se mantiene demasiado serio que pareciera que me sacara los ojos con solo sus dedos.

mi nerviosismo se va de mi sistema cuando veo una sonrisa en su rostro.

-Mucho gusto muchacho, Erito Colón -me da un abrazo un poco brusco pero me importa poco- supongo que tú también eres el protagonista del diario de mi pequeño príncipe.

-¡Papá! -grita mi ojiverde avergonzado.

suelto una pequeña risa relajándome un poco, pero sin perder mi alerta.

-Sí, supongo si soy

el señor colón niega con una sonrisa y palmea mis hombros de forma amistosa.

silencio por unos pocos segundos, hasta que vuelve a hablar.

- ¿Y ya son novios?... ¿o le tienes miedo al éxito?

puedo ver como Erick niega con su cabeza y esconde su rostro entre sus manos, por lo contrario Zabdiel solo se ríe con otros dos hombres y una mujer.

-Ya somos novios, lamento no haber venido a pedirle permiso como se debe.

De reojo veo como Erick alza la mirada y me mordiendo su labio nerviosamente.

-Mientras mi hijo sea feliz yo estoy bien -dice pasando un brazo por mis hombros para después decir sobre mi oreja- de lo contrario quien lo lastime, hare que se coma su propio pito, me oíste.

mi cuerpo se vuelve a poner rígido con eso y solo alcanzo a asentir.

antes de que se aleje de mi le digo en voz alta.

-Lo amo, nunca me permitiría hacerle daño, primero muerto a eso -todo el lugar quedo en silencio y todas las miradas cayeron en mi, poniéndome más nervioso.

-Mas te vale perro -me grita ese tal Zion haciendo que todos vuelvan a lo suyo.

Estuvimos toda la mañana con el señor colón, hablando sobre sus viajes por todo el país, hablando acerca de como le operaron la mano sin anestesia -si, lo sé, mortificante y aterrador-, como es que casi muere con un cubo de hielo y muchas mas anécdotas.

El Tutor De Sol || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora