Doce

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Erick

Me veo un poco nervioso al espejo después de terminar de arreglarme, suelto un poco del aire que sigo conteniendo desde hace ya un rato.

Un mensaje me llega justo en el momento que cierro la puerta de mi habitación.

Es un mensaje de Joel, ya nos esta esperando afuera.

-Zab, ¿ya estas listo? -pregunto tocando la puerta de su habitación.

-Sí, bajo en un momento, adelántate y enciende el auto por mi, por favor. -responde gritándome desde adentro.

al bajar tomo las llaves de la mesita y abro la puerta de la entrada encontrándome con unos rizos un poco alborotados y unos ojos color chocolate viéndome con una sonrisa.

-Hola novio mio -dice con una sonrisa picara- que guapo estas.

sonrío con mis mejillas empezando a arder.

-Hola, yo siempre estoy guapo -le digo con un guiño a pesar de mi sonrojo.- ¿estas listo?

pasa una mano por su nuca y asiente lentamente.

-Sí, mas que listo -responde soltando una risita y me da un beso en los labios.

Caminamos al coche de Zabdiel y lo enciendo para que se vaya calentando en lo que él baja.

estoy tan concentrado en el carro hasta que siento como Joel me saca de este velozmente que no me da tiempo de reaccionar hasta que estoy en sus brazos, poniendo los míos alrededor de su cuello, junta nuestras frentes y puedo ver como quiere decir algo pero no se anima.

-¿Ocurre algo Joey? -le pregunto acariciando con mis pulgares la parte posterior de su cuello.- te noto un poco tenso, si no quieres ir yo...

-No, no es eso corazón, es que yo quería pedirte disculpas por el comportamiento de mi mamá en la cena del sábado, no fue amable y cortes de su parte tratarte así, yo me siento realmente avergonzado contigo. -frota su mejilla como un gatito sobre la mía- tal vez sea mi madre, pero ella realmente no debió tratarte de esa forma.

-Joey no te preocupes, no es tú culpa que no le tenga que caer bien a todo mundo.

-Claro que le tienes que caer bien a todos, porque eres la personita mas hermosa y tierna del mundo. -dice exageradamente- hasta pareces un gatito.

su puchero me hace soltar un grito interno de ternura.

-Aquí el que parece gatito eres tú -le pico si nariz con mi dedo índice- pero en fin, ya te dije que no te tienes que disculpar, no es tu culpa, ya llegara el momento en el que le caiga bien.

a pesar de mis palabras sobre la mamá de Joel, si me tiene un poco decaído por la forma en la que me trato, aun recuerdo exactamente los hechos.

Llegue a casa de los Pimentel como todos los días para las clases de Sol, al principio todo perfecto como siempre. Hasta que llegó la señora Patricia del trabajo, fue la primera vez que nos conocimos desde que empecé a darle clases a Sol.

Cómo la vi un poco cansada ofrecí ayudar con la cena, al principio puso demasiados peros, pero termino aceptando. Como vi que no había mucho que hacer en la cocina pedí servicio a domicilio y creo que eso fue lo que le molesto.

Porque empezó a decir indirectamente que era una porquería y que no es de su agrado comer con alguien como yo en la misma mesa, yo solo me levante de mi asiento y sin pedir explicación alguna salí de la casa, a los pocos minutos Joel también estaba conmigo.

Y eso fue desde hace días, y no me he vuelto a parar a su casa.

Con Solecito no he podido tomar sus clases, puesto que la señora de igual manera se negó a que yo le siguiera enseñando.

-Aún no entiendo, porque su comportamiento pero trataré de hablar con ella -es lo único que dice y yo no respondo para ya no seguir con la misma conversación.

Dejo un beso en su mejilla para después subir al auto una vez que mi hermano ya había salido.

tomamos camino durante aproximadamente una hora de viaje para poder llegar al lugar.

Al bajar, Joel, toma mi mano y mis mejillas me empiezan a arder por el sonrojo que me causa este tipo de sentimiento.

-Vamos tortolitos -habla Zabdiel pasando a un lado nuestro.

Caminamos a la entrada en donde nos pidieron nuestra identificación y nos hicieron un chequeo rápido en nuestra ropa.

-Me sentí violado por tanto toqueteo -dice mi hermano quejándose mientras acomoda su chaqueta.

soltamos una risa por su exageración.

-Deja el dramatismo hermano -le contesta Joel con un empujoncito juguetón.

caminamos un largo pasillo hasta llegar al jardín.

guardamos silencio por un nos minutos en lo que observamos a todas las personas que se encuentran ahí. puedo sentir el repentino nerviosismo de Joel a través de mi mano, lo entiendo, yo pase por lo m ismo cuando estuve por primera vez aquí, incluso hasta me orine.

no me culpen, tenia doce años.

caminamos lentamente pasando al lado de todos los hombres fortachones, podíamos escuchar gruñidos de que estaban ejercitándose, por otro lado se escuchaban las armas siendo cargadas, risa, bufidos, hasta que llegamos al territorio; nuestro destino.

-C13-03Z -habla Zab dándole la clave para poder pasar.

-incorrecta -dice el hombre frente a nosotros.

-Por dios Zion, nos conoces desde que éramos espermas -dice soltando un bufido.

-Zion que sucede -escuchamos una voz que venia detrás de el mastodonte frente a nosotros.- deja pasar a mis chiquillos.

gruñendo se hace a un lado y nos deja pasar dándonos una mirada divertida.

Al estar adentro del lugar me relajo un poco al ver las caras familiares que tanto extrañaba.

-Mis príncipes, tanto tiempo.

El hombre tatuado y de estatura de casi dos metros extiende sus brazos con una sonrisa.

soy el primero en correr hacia él y abrazarlo fuertemente.

-¡Papá!

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El Tutor De Sol || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora