Hoy a la tarde iba a hacerle un mandado a mamá, de regreso debía cruzar una carretera, y así fue. Un camioneta gris venía a una velocidad moderada pero algo rápida a mi parecer. Ya había caminado hasta mitad de la calle y escuché el motor de la camioneta. Por lo que, en una reacción involuntaria, retrocedo mis pasos y me subo a el andén para no ser arrollado.
Después, al poder cruzar con normalidad y tranquilidad la calle, de camino a casa imaginaba mi muerte. Los posibles dolores corporales al ser arrollado, la gente gritando a la vez que corrían a auxiliarme, luego...
Y me sentí raro, extraño, ¿porqué imaginaba todas esas cosas? Tanto me perdí en mi cabeza que de la nada ya estuve acostado en mi cama, mirando hacia el techo de mi cuarto, aún imaginando todo aquel suceso que, probablemente, llevaría a mi muerte o me dejaría con alguna discapacidad. Si soy sincero, deseando más el primero.
Pero, hay un hecho. Y es que todos los años pasamos por la fecha de nuestra muerte, sin saber cuál es.
Planteo un tema: la muerte.
Castigo para algunos. Salvación para otros. Injusticia para muchos.
Castigo porque a veces usan éste método como la muerte a violadores y asesinos, no sin antes la tortura previa.
Salvación, para los seres que aún no sabemos para qué venimos al mundo y al pasar cierta cantidad de años sin haberlo descubierto, preferimos morir o el “querer” morir.
E injusticia, porque el mundo trata como la mierda a personas que no lo merecen, y trata de maravilla a personas que simplemente deberían ser arrolladas por tres ferrocarriles de manera seguida.
Claro que no es el mundo, son las personas que habitan en éste.
Si las personas “malas” fueran arrolladas por tres ferrocarriles de manera seguida, ¿qué quedaría en el mundo? Los seres que fueron dañados por esas personas “malas”, sin embargo, ¿habría satisfacción de saber que esa persona que te dañó, ya no está?
Renovemos la pregunta, ¿satisfacería el hecho de que tu agresor, por decirlo de algún modo, esté muerto?
Pongamos la suposición de la chica que fue abusada sexualmente, alguien toca a tu puerta y te dice que tu agresor ha muerto, ¿satisfacería el hecho de que ese hombre estuviese muerto?
A mí si, e incluso yo mismo hubiese ido a buscarlo para matarlo con mis propias manos.
Entonces pienso y reflexiono, ¿está bien desearle la muerte a una persona que te ha hecho daño? Técnicamente no, pero nadie puede culpar ni juzgar a nadie porque todos alguna vez lo hemos hecho.
Entonces, a base de ésto puedo concluir que la mayoría deseamos la muerte a aquello que nos hace daño, a aquello que nos incita a hacernos daño, llegando a “pecar” como diría mi tía religiosa.
Entonces entiendo muchas cosas, entiendo porqué deseamos la muerte a nosotros mismos; porque a pesar que tal vez esa persona que nos hizo daño, cambió o no está en nuestras vidas, nosotros nos seguimos taladrando con esas frases, gestos y acciones que nos marcaron y nos llevaron a lo que somos ahora, tal vez privándonos de experiencias y sucesos que cualquier “chico/a de tu edad” querría experimentar.
Nosotros somos aquello que nos hace daño...
--------------------➹➷--------------------
No olvides dejar tu estrellita si te gustó el capítulo ⭐
![](https://img.wattpad.com/cover/270572148-288-k536049.jpg)
ESTÁS LEYENDO
➹𝙳𝚒𝚊𝚛𝚒𝚘 𝙳𝚎 𝚄𝚗 𝙳𝚎𝚙𝚛𝚎𝚜𝚒𝚟𝚘➷ «𝚈𝚘𝚘𝚗𝙼𝚒𝚗»
عشوائي"La vida es de sube y baja, pero tu decides si en la subida te quedas arriba, o bajar y quedarte abajo". Mentira. En el momento que se baja, y no hallas la solución para subir rápidamente, ya no puedes subir porque no tienes ganas de buscar esa solu...