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¿Qué pasa cuando toda tu vida has estado encerrado en tu casa como una forma de protegerte de tu mismo reino?
Jungkook, un Omega de veinte años sale en búsqueda de su madre sin interesarle nada más que eso.
Nunca esperó tener que hacerl...
Sus manos estaban sudadas y sentía todo su cuerpo cansado después de una larga tarde en el pueblo.
Miró por un momento el cielo cerrando sus ojos como forma de relajarse. El aire chocando por todo su cuerpo se sentía exquisito.
Se aseguró por última vez de que nadie la estuviera observando o siguiendo, pues su piel seguía erizada y su lobo un poco alterado. A pasos seguros llegó a su hogar y suspiró aliviada por segunda vez.
"¿Mamá?" una voz conocida se escuchó por la cocina "Má" el muchacho se asomó con una manzana en su mano, se veía despeinado y con el rostro un poco hinchado, como si acabara de despertarse de una siesta, y Jennie lo puede asegurar porque cuando salió, su hijo estaba por dormirse "¿por qué has tardado hoy?" la voz de Jungkook la sacó de sus pensamientos.
La mayor sonrió apretando una de sus mejillas mientras pensaba si era correcto contarle a su hijo o no. No quería preocuparle y ponerlo a sobre pensar de más, sin embargo, tampoco quería ocultarle algo a su hijo... fue un gran debate consigo misma, pero no quería callar, así que decidió ir por la segunda opción.
"Bueno..." suspiró no muy segura de cómo comenzar "No sé si fue idea mía, pero llevo sintiendo desde hace varios días que me observan, como si estuvieran espiándome y yo puedo sentirlo de sobremanera. Mi lobo o siente" corrigió "Me asusta el hecho de que sí me estén siguiendo y puedan encontrarte, que puedan observarnos... hoy lo sentí más de lo normal. Los hombres que traían el uniforme real, pensé que sólo estaban ahí vigilando que no hubiese algo raro, pero me asusté cuando caminé varias casas y los sentía, caminé más calles y cada vez estaban más cerca de mí" mordió su labio ansiosa "Así que me desvié para que no sepan dónde estamos y por fin los pude perder de mi vista o eso creo" miró los ojitos confusos del omega "Jungkook escucha, esta situación es complicada y me pone de los nervios, temo que sepan algo o estén sospechando, no lo sé, tal vez les moleste que todo este tiempo te he ocultado o simplemente se encaprichan con alguien. Ahora mismo no te puedo dar una respuesta, pero estaré más al pendiente ¿ok? Quiero que tú también lo estés, y si por alguna razón notas algo fuera de lo común me lo vas a informar enseguida"
"Mamá, está bien" murmuró el más chico viendo a su madre que sí estaba un poco alterada, esta después de escuchar Jungkook se quedó en silencio unos segundos calmando su respiración "Pero ya no salgas si no es necesario en verdad" pidió jalando su brazo "Temo que te pase algo. Sabes que ellos son malos y no les importará nada. Ni siquiera les importa que seas alfa, tal vez muchos digan que los Omegas sufren más, pero en realidad todos somos víctimas de esas personas" le mencionó y ella claro que lo sabía, pero entre dejar que Jungkook saliera a ella salir, preferiría mil veces ella.
"Sabes que a los alfa del pueblo los obligan a hacer eso y todos los que se han negado los mataron" continuó diciendo Jungkook "Yo... yo no quiero que algo te pase, me niego a que te hagan cualquier cosa, así que por favor, prométeme que no saldrás a menos que de verdad tengas que hacerlo"
Jennie sonrió débil, su sonrisa temblaba "Lo prometo, sólo saldré si hace falta, mi amor"
Al omega se le contagió la sonrisa de su madre y Jennie no pude evitar no darle un sonoro beso en su frente.
"Ayúdame a poner lo que traje, bebé"
Y a pesar de que ella y su hijo se entretuvieron ordenando las cosas, a Jennie no se le quitaba la sensación que algo iba a pasar, por lo que al llegar la noche y, por ende, la hora de dormir, no pudo pegar el ojo ni aunque pasaran las horas.
Mejilim.
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