El fin y un comienzo
Zenón se pasa la mano por la cara en un intento de secarse el sudor, si bien en un principio la idea de estar en esta cueva de tonos tan vivos le resultaba atractiva, quedarse por todo el rato que lo ha hecho junto a Paul le hizo darse cuenta del precio que cuesta hacerlo, y es que en realidad la temperatura de un espacio tan cerrado como este no es muy agradable, mucho menos cuando vas con ropa abrigada.
La habitación cuenta con una iluminación algo baja, es lo suficiente como para que vean donde pisan o hacia donde van, algo que no ayuda mucho con su actividad actual en particular.
—Rayos, ¿en qué momento me empezó a dar tanto calor?
—¿Y me lo preguntas a mí? —A pesar de que el comentario de su compañero va con intenciones sarcásticas le es imposible no sacar un tono malhumorado. Tal vez no habrá sido una buena idea del todo ponerse su tan preciado abrigo para esta prueba.
—Paul, ¿cuántas almas llevamos ya?
—Unas veintiséis creo. El que las lleva eres tú, ¿recuerdas?
—Cierto. —el muchacho cierra los ojos al darse cuenta de su equivocación—. Dame un momento.
Quitándose la mochila de la espalda Zenón procede a revisar su interior. Cuando ambos se encontraron con el primero de estos animales extraños hubo un tiempo de incertidumbre, tras haber acabado con ella esta se deshizo en una bola de fuego que tras apagarse dejó atrás algo que no se esperaban, una especie de calavera azabache salió de las cenizas. ¡Resulta y acontece que esa cosa es justo lo que estaban buscando! Al agarrarlo se activó una alarma muy ruidosa por parte del informador, dejando un mensaje que explicaba cómo ambos comenzaron a ir por un buen camino.
Aún confundidos e inseguros, al dúo no le ha quedado de otra que empezar una búsqueda con la mayor rapidez posible, ahora que tenían una idea específica sobre lo que buscaban podrían actuar mejor. Grande fue la sorpresa al enterarse de la mecánica de esta prueba sorpresa, atacar y matar a diferentes tipos de animales pequeños para que terminen carbonizándose y así puedan obtener sus almas.
—Pues parece que en realidad llevamos más, unas veintiocho.
—¡Por fin, buenas noticias!
Zenón asiente a sus celebraciones. Tal vez no han estado en este lugar más de una hora pero el deseo de salir ya es muy latente. Así que cierra el bolso para ponérselo otra vez, no es que esté muy alegre de saber que lleva ahí cadáveres de animales...o algo así, el punto es que mejor dejar eso donde está y concentrarse en asistir lo mejor que pueda para terminar esto.
—¿Crees que pueden haber más aquí?
—Por si acaso demos una última revisada, no quiero volver a cometer el mismo error.
—Errores mejor dicho.
—Bueno, eso.
Su situación actual podría considerarse como el juego de las escondidas, para poder encontrar a los animales salvajes se es necesario buscarlos dentro de las tres habitaciones que forman este lugar, cada sala tiene varios objetos de diferentes formas y tamaños los suficientemente grandes como para esconder a una persona normal. En el punto de vista de Paul esto parece una especie de parodia a los videojuegos de aventura, de esos en donde tienes que estar metiéndote en mazmorras raras o casas de desconocidos sin ninguna razón en particular.
En palabras suena como algo sencillo de solucionar, pero cuando se dieron cuenta que el tiempo corría y los animales no son exactamente fáciles de encontrar pues...bueno, entendieron que esto no iba a ser divertido. Ambos factores antes mencionados fueron los que los llevaron a cometer varias equivocaciones durante la búsqueda, influenciadas por malas intuiciones o movimientos erróneos, le facilitaban a las criaturas huir despavoridas para esconderse en las áreas oscuras y perderse de vista reiniciando la búsqueda.
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Magic Work
Fantasy¡Ha llegado el día en el que la gran empresa PTPM comenzará el curso de introducción para nuevos trabajadores! Y habiendo recibido una carta de invitación para participar, Zenón decide entrar para ver qué le depara. Sin embargo, él no va a ser el ún...