𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐈𝐈

1.1K 94 50
                                    

"Estás cegado, idiota."

Sus manos están de un color casi morado como también rojo por el frío que sentía, temblaba sin tener control para evitarlo y sus pupilas están dilatadas manteniéndose fijas en un punto vacío del blanquecino suelo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sus manos están de un color casi morado como también rojo por el frío que sentía, temblaba sin tener control para evitarlo y sus pupilas están dilatadas manteniéndose fijas en un punto vacío del blanquecino suelo. Las gotas de lluvia van cayendo una por una desde su cabello al suelo, aún sigue empapado tras la gran llovizna de afuera que los atrapó al momento de abandonar aquel enorme edificio, no pidieron un taxi para que les hiciera el favor de ir más rápido y fácil todo el recorrido camino a casa, pero ambos prefirieron en irse caminando sin darle mucha importancia a la lluvia, aunque al joven González las piernas las tenga adoloridas y los pies hinchados acepto la opción de irse a pie.

Gavira incómodo por la ropa mojada y el frío que lo molestaba, esperaba pacientemente a González que gentilmente lo invitó a su casa para atenderle con darle chocolate caliente e intentar darle calor con llevarlo a su techo. Teniendo las ventanas cerradas y la ventilación apagada, no es suficiente como para retener el frío del todo. Se podía sentir la brisa pasar cada cierto tiempo que se podía. Y bueno; la luz iba y venía siempre que un relámpago aparecía haciendo aquel ruido fuerte al momento de los choques del viento que ponía los pelos de punta a más de una persona, y Gavira no es la excepción. Desde muy chiquito le aterra mucho los relámpagos o truenos en las noches de fuertes lluvia, para aliviar su temor, era protegido por su madre la cual estaba dispuesta en brindar de sus cuidados a su hijo, si, lo hacía. Pero ocultaba su dolor con buscar animar al niño de todo lo malo que los rodeaba, se le veía con una sonrisa cansada y con los ojos rojos por las largas noches de llanto.

González luego de varios minutos en busca de toallas y unas tazas de chocolate caliente junto con malvaviscos; por fin hace presencia con todo en manos. No recibió la mirada de Gavira en ese momento que llego, sino fue después de dejar las cosas acomodadas en la mesita que se encuentra en todo el centro de la sala. Lo primero que hizo fue extenderle la toalla, Gavira levantó la mirada a González para aceptar tomar del paño suave como también caliente, seguramente lo dejó en algún lugar cálido para mantenerla en esa temperatura tan agradable para su piel. Es justo lo que necesitaba, sus manos y uñas moradas lo necesitaban más que nada con la finalidad de volver a su tono natural.

Lo primero que hizo fue quitarse el abrigo (el cual aún tiene en su interior bien guardadas en un bolsillo, las tres hojas con el escrito incompleto) para dejarlo en el suelo con la intención de no mojar más el sofá de su amigo. Procedió después en sacarse una de las playeras gruesas que lleva puesto hasta quedar en solo una franela sin mangas, aún teniendo sus pantalones puestos y sus zapatos que después también se quitó con los calcetines. Pasa la toalla por todo su cuerpo quitándose el agua de la lluvia, dejando al final aquella toalla sobre su poco rizado cabello el cual todavía goteaba por el agua que le queda.

González le pidió un momento para retirarse de la sala, él también debía ponerse cómodo con sacarse la ropa mojada. Fue lo más rápido posible a su habitación para hacerse un cambio de ropa, dejando lo que traía puesto en la lavadora. Después la pondrá a secar apenas esté limpia, ahora debe atender al niño.

| 𝐃𝐑𝐄𝐀𝐌 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora