𝐋𝐎𝐘𝐀𝐋𝐓𝐘 || 𝙳𝚊𝚛𝚢𝚕 𝙳. /𝙽𝚎𝚐𝚊𝚗 𝚂.

• 08. •

Habíamos salido en la tarde a buscar algo con lo que pudiésemos alimentarnos. Sasha, Bob, Rick, Michonne, el cura y yo, éramos uno de los grupo, los demás se dividieron para abarcar otros lugares.

Empujé el carro con suministros con dificultad. Mi ropa todavía pesaba por estar húmeda en su totalidad debido a que el almacén, el cual Gabriel nos había enseñado, se había inundado con la última lluvia.

— ¿Estás bien? — giré mi cabeza para mirar al cura, quien me ayudaba a mover la comida. Él también tenía su ropa húmeda, aunque solo hasta la cadera.

— No quiero hablar de eso. — lo ignoré y seguí caminando. 

— Lo siento. Es que entré en pánico. — apreté mi mandíbula. — Sé que...-

— Alto ahí. — dejé de caminar. — ¿Lo sientes? — me reí, cosa que lo cohibió.—  ¿Es todo? — rodeé el carro para acercarme a él. — Me lanzaste a los malditos caminantes como si fuera un animal de sacrificio, solo por temor a morir.

— Yo...yo...— lo interrumpieron.

— ¿Todo bien ahí atrás? — los ojos de Rick conectaron con los míos. — No podemos retrasarnos. — nos habló a todos.

— Todo bien aquí. — respondí volviendo a mirar a Gabriel. Me acerqué un poco más y él caminó en retroceso. — Haces algo así una vez más y no importa que seas el dueño de la iglesia, te mataré yo misma. 

Reuní fuerzas y arrastré el carro otra vez, sin la ayuda del cura. 

Divisé la iglesia metros adelante y apuré el paso. Estaba enfurecida, realmente enfurecida.

Carl nos esperaba en la puerta junto a Tyreese, que tenía a Judith en sus brazos. El niño nos observó con confusión a Bob y a mí.

— ¿Por qué solo ustedes están mojados por completo? Creí que iban a un almacén de comida.

— Sí fuimos. — estrujé mi cabello. - Con la última lluvia, el techo colapsó y el agua se estancó, pero sucedieron cosas.

— Me arrastró un caminante. — respondió Bob, encogiendo sus hombros.

— ¿Y estás bien? — le preguntó Tyreese entrando con él a la iglesia.

— Claro, amigo. — esperé a que entraran y Carl se posicionó delante de mí, impidiéndome pasar.

— ¿Qué te pasó a ti? — se cruzó de brazos.

— Vamos, Carl, solo quiero quitarme esta ropa.

— Amelie. — utilizó un tono de reprimenda y rodé los ojos.

— El cura tiró de mi brazo para que le impidiera a un caminante llegar a él, logré matarlo pero... mírame.— abrí mis brazos mostrando mi punto.

— Es un cobarde.— negó con su cabeza.

— Y que lo digas. — ingresé a la iglesia después de Carl. — No sé cómo sobrevivió hasta ahora. — Caminé hacia mi bolso y busqué ropa en él, encontrando únicamente mi franela y un pantalón. Maldije en voz baja.

Carl se sentó en la banca, junto a mi mochila.

— Encontré algo. — lo observé. — En la parte de atrás.

— ¿Qué cosa?

— Una frase, "Arderás por esto". Pero no estaba tallada, eran...casi rasguños y habían arañazos en las ventanas. — murmuró en voz baja y fruncí mi ceño.